Si de expresar sentimientos a través del lenguaje corporal y la danza se trata, hay que hablar con la agrupación músico-escénica de hermanos compuesta por Elías, Judah, Josua, Cristo, Israel, Aarón y Josué Vivancos, quienes por primera vez se llegan el país con su espectáculo “Aeternum”.
El grupo de siete hermanos se presentarán hoy, a partir de las 9:00 de la noche, en el Salón La Fiesta del Hotel Jaragua y mañana en el Centro Español de Santiago, bajo la producción de Daniele Finzi del Cirque Du Soleil y de LAB events, firma del empresario dominicano Francisco Lluberes.
Los Vivancos prometieron un show muy divertido, cargado de energía, dirigido a todo tipo de público, “quien quiera pasar una noche mágica que venga a ver a Los Vivancos”.
“Vamos a dejar hasta el último aliento en el escenario, lo vamos a dar todo. Esperamos que el público, por lo menos durante esos 90 minutos, se olvide completamente del mundo”, manifestó Elías.
Explicaron que el espectáculo se trata de una combinación de danza, flamenco, saltos de ballet, artes marciales y un toque acrobático, con una puesta en escena de estructuras metálicas que se mueven. Se trata de una mezcla novedosa que surgió con el objetivo de superar sus presentaciones anteriores.
Los hermanos estarán bailando sobre la música pregrabada con una orquesta sinfónica de más de 100 músicos.
“Nosotros tocamos instrumentos indirectos sobre la música, pero no están en escena”, subrayó Elías.
Se mostraron emocionados debido a que es la primera vez que visitan a la República Dominicana.
Al ser cuestionados sobre su reacción al recibir la noticia que viajarían a este país caribeño, cada uno de ellos lo indicó con simples, pero grandes frases, como “¡Bien!”, “Ya era hora”, “Un sitio de calor, se le agradece”.
Resaltaron la alegría contagiosa de los dominicanos y consideraron que así se vive mejor.
“Aeternum” es el título de la segunda producción del grupo y su espectáculo de baile y visual que supone un nuevo paso en el proceso creativo de Los Vivancos. El espectáculo hace referencia a una metáfora sobre la inmortalidad que el arte le brinda al hombre.
