Madres solteras, entre el desdén estatal y el estigma familiar y social

A  pesar de que casi la mitad de las mujeres dominicanas en edad reproductiva son madres solteras y que por mandato constitucional el Estado debe protegerlas en caso de desamparo, en el país no existen, ni han existido nunca, políticas públicas enfoca

A  pesar de que casi la mitad de las mujeres dominicanas en edad reproductiva son madres solteras y que por mandato constitucional el Estado debe protegerlas en caso de desamparo, en el país no existen, ni han existido nunca, políticas públicas enfocadas a ese segmento de la población.

El numeral seis del artículo 55 de la Constitución establece: “La maternidad, sea cual fuera la condición social o el estado civil de la mujer, gozará de la protección de los poderes públicos y generará derecho de asistencia oficial en caso de desamparo”.

Sin embargo, ni siquiera la ley que creó el Sistema Dominicano de Seguridad Social garantiza el acceso a servicios básicos como salud y alimentación de los hogares compuestos por madres y sus hijos.

Esa iniciativa en ninguna parte trata con exclusividad el acceso que deben tener los hogares de madres solteras a servicios básicos de salud y alimentación, a pesar de que las estadísticas establecen que el 21.9 por ciento de los hogares dirigidos por mujeres viven en la indigencia.

Igualmente, los beneficios de la ley 87-01 están dirigidos básicamente para personas con empleos formales, pero según la encuesta Demográfica y de Salud (Endesa) en el 2007 el 45.6% de las mujeres viudas, solteras o divorciadas no tenían empleos.

Los planes sociales que mayor asistencia brindan a las mujeres solas, aunque no están diseñados exclusivamente para ellas, están concentrados en el Programa Solidaridad que dirige la Vicepresidencia de la República y que entrega la Tarjeta Solidaridad por un monto de RD$700 pesos y el Bonogas y Bonoluz, que consiste en un subsidio para adquirir el gas para cocinar y el pago de la tarifa eléctrica, respectivamente.

Más de 800 mil hogares pobres reciben la ayuda, según consta en la página web de ese organismo, pero no especifica la cantidad de familias lideradas por madres solteras beneficiarias del programa.

También las madres solas que pueden acceder a algunas raciones de alimentos de las que entrega el Plan Social de la Presidencia o a los 300 pesos que la Lotería Nacional da a través de Salud Pública a personas indigentes, pero tarda hasta seis meses para pagarlos, según confesaron algunos beneficiarios a El Caribe. Salud Pública también subsidia a las madres indigentes con paquetes de medicamentos y alimentos para ellas y sus hijos, mensualmente.

Planes. En los programas de gobierno de los partidos políticos las madres solteras también están ausentes, a pesar de que se cuantifica que superen el millón y medio en todo el país.

El único candidato a la presidencia de la República que desde que aspiró en el 2000 ha tenido un discurso focalizado a ese segmento es Danilo Medina, actual aspirante a la presidencia por el Partido de la Liberación Dominicana.

Entre los proyectos que Medina aspira de alcanzar la presidencia figuran instaurar un sistema educativo de ocho horas de clases para que las escuelas sean una especie de guardería para los alumnos. Dice que ese sistema permitiría a las madres trabajar mientras sus hijos estudian y que además está diseñado para suministrarles alimentación.

Discriminación. El estigma de ser madres solteras sigue latente en la sociedad dominicana y la discriminación comienza desde el propio de seno de la familia, algunos círculos de “amigos” y los centros educativos.

“Quién la  manda a estar embarazándose, que se joda ahora”, fue la reacción de Elizabeth cuando se enteró que su hija, que recién iniciaba los estudios universitarios, estaba en gestación. La madre optó por suspender el pago de los estudios de su hija y al final aceptó que siguiera en su casa con la condición de que solo “te voy a dar comida”.

Con el paso del tiempo, Elizabeth aún sigue viviendo con sus padres y su hijo, que ya tiene dos años, tiene que escuchar casi a diario los reclamos de su abuela hacia su madre por no haber concluido sus estudios universitarios.

El sociólogo Antinoe Fiallo sostuvo que en el país se han visto casos de adolescentes que salen embarazadas que son excluidas de las escuelas. También que esas situaciones provocan conflictos dentro del seno familiar.

El sociólogo y catedrático llama la atención sobre la marginación social a que muchas veces son sometidas las mujeres que les toca seguir solas con sus hijos. Dijo que debido al crecimiento de la población urbana, el fenómeno de las madres solteras seguirá creciendo.

Niños en busca de la figura paterna

José Luis, de seis años, siente que su padre es José, aunque no lo engendró, porque ha sido la única figura paterna que ha tenido porque a su padre biológico nunca lo conoció. Roberto es otro ejemplo, creció con el esposo de su tía como figura paterna y después de 20 años conoció al que lo engendró. “Ese es mi papá porque me pintó, pero para mí verlo y no verlo es lo mismo. Para mí, mi papá es tío Adrian porque fue siempre mi figura paterna”, cuenta.

El crecimiento que ha experimentado en el país el fenómeno de las mujeres que viven solas con sus hijos, también concuerda con los datos de la encuesta Demográfica y de Salud (Endesa) que en su último estudio señala que en cinco años la proporción de infantes que viven con ambos padres se redujo en 6%, al pasar de 56% a 50% y de esos los que viven solamente con la madre aumentó en un 5% al cambiar de 25% a 30% en un lustro. Mientras que los que viven solo con su padres registró una variación de apenas un 1% al subir de 14% a 15%.

Para la psicóloga infantil María Teresa Mota, el hecho de que los niños crezcan en hogares monoparentales no es un motivo para que presenten problemas síquicos o de socialización porque en gran medida eso dependerá de las cualidades de la madre o el padre.
Sin embargo, alerta que el hecho de que en el país aumente el número de mujeres que forman un hogar solas con sus hijos es una señal de que algo anda mal en la sociedad y que es necesario revisar para reorientar el tipo de sociedad que se quiere construir.

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