La muerte de Nelson Mandela, ¡el gigante del humanismo a nivel mundial!, me hace recordar su afición por el boxeo.Y que conste: Nelson Mandela, en sus años juveniles, practicó boxeo. Llegó a presenciar carteleras importantes en las que compitieron estelares púgiles de Sudáfrica, Estados Unidos, de Europa y América Latina.
También en mis años de juventud, en mi nunca olvidado barrio San Carlos, recuerdo a Mandela cuando ofrecía declaraciones a la prensa deportiva sobre su fanatismo por el boxeo.
Mandela, quien purgó 27 años en cárceles de Sudáfrica (y cuatro años después de ser dejado libre ganó la Presidencia de su país), es un ícono de todo el orbe… un ser humano excepcional y considerado como uno de los hombres más grandes de la humanidad.
Nelson Mandela fue condecorado en más de 250 ocasiones. La más alta distinción fue el Premio Nobel de la Paz, en 1999.
El hombre que venció la segregación racial en Sudáfrica, al momento de recibir el galardón expresó: “Estamos aquí hoy sólo como representantes de los millones de nuestros ciudadanos que se atrevieron a levantarse contra un sistema social cuya esencia es la guerra, la violencia, el racismo, la opresión, la represión y el empobrecimiento de todo un pueblo”.
Mandela con Roberto Durán
Una demostración de que Nelson Mandela era un ferviente fanático del boxeo, se puso de manifiesto cuando -en su despacho Presidencial- recibió a Roberto Durán, el más grande atleta en la historia deportiva de Panamá.
En efecto, Durán, el mejor boxeador latino de todos los tiempos, tuvo el privilegio de almorzar con Mandela en Sudáfrica.
El histórico encuentro se produjo en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, el 12 de noviembre de 1997. También estuvo presente el estadounidense Marvin Hagler, extraordinario campeón mundial del peso mediano.
A Nelson Mandela también recordémoslo como un firme aliado del boxeo. El boxeo, un deporte noble, le rinde homenaje a Nelson Mandela
¡Paz perenne para este hombre santo de la humanidad!
