Manejo de la aterosclerosis

La aterosclerosis es un proceso crónico que se inicia en los primeros años de la vida y progresa silenciosamente, por tiempo prolongado, sin manifestaciones clínicas.

La aterosclerosis es un proceso crónico que se inicia en los primeros años de la vida y progresa silenciosamente, por tiempo prolongado, sin manifestaciones clínicas.Vimos ya sus posibles causas y los mecanismos que actúan en la formación de las placas de “ateroma”, lesión que caracteriza la enfermedad arterial, y en su disfunción. Aunque, por lo general, cuando hablamos de aterosclerosis nos referimos a las arterias del corazón (coronarias) y del cerebro, es bueno señalar que esta es una condición sistémica que afecta toda la red del cuerpo, pero en estos órganos, así como en el riñón, la obstrucción de un arteria provoca cuadros clínicos críticos que pueden dar al traste, a veces de manera súbita, con la vida del paciente.

En vida, el mapa de una arteriografía (angiograma) de todo el sistema circulatorio nos mostraría que los ateromas están distribuidos en todo el árbol arterial (proceso sistémico).  Esto lo confirman ordinariamente los patólogos al realizar las autopsias. Lo ideal es prevenir, evitar o retardar el desarrollo de la aterosclerosis para no sufrir las consecuencias que desencadenan las complicaciones derivadas de la desestabilización de las placas ateromatosas.  Pero el médico no trata los ateromas sino a los pacientes.  Recordemos el antiguo aforismo: “No hay enfermedades, sino enfermos”.  Cada caso es diferente, como diferentes son los criterios que hay que aplicar en cada caso. Conociendo ya el mecanismo del desarrollo de la aterosclerosis tenemos la base para la prevención: identificar los factores de riesgo en cada paciente y tratar de modificarlos, antes de que sea tarde.  Esto siempre conlleva algunos cambios en el estilo de vida, porque la mayoría de estos factores están ligados a nuestros hábitos.

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