Para muchos entendidos en la materia, el papel ideológico y político jugado por los clubes de los años 70 se cumplió con el advenimiento de la democracia, pero para otros quedó inconclusa la labor destinada al rescate y mantenimiento de la cultura a través de las distintas expresiones del arte.
En la historia quedaron las escuelas barriales y comunitarias que, desde los clubes y de manera gratuita, enseñaban a niños y a jóvenes a declamar, hacer décimas, bailar mangulina, carabiné y otros ritmos. También a dibujar, pintar y a hacer teatro.
José Tejada Gómez, expresidente de la Asociación de Clubes del Distrito Nacional(Asocludisna), asegura que se perdieron aspectos como, la expresión artística, que era regularmente de denuncia, por medio de grupos de poesía coreada y el teatro que se convirtieron en instrumentos para alertar sobre los problemas que afectaban a los barrios.
“Los clubes adquirieron mucho prestigio, decir un club como Los Nómadas de Los Mina, Osvaldo García de la Concha, Mauricio Báez o San Lázaro. Cuando a uno le pasaba algo había un enjambre nacional de denuncia y los medios de comunicación eran muy receptivos a recoger los problemas de ese sector”.
Wilfredo Linares tiene más de 35 años dedicado al desarrollo de los clubes y cuenta que la parte cultural se ha ido perdiendo por el desinterés que hay en los barrios.
“Los niños ya no están interesados en lo que es el folklore, ya tienen otra transculturación, otra forma de hacer cultural. Anteriormente nosotros veíamos como disfrutaban sus grupos de baile. En Capotillo, Simón Bolívar, Villa Consuelo, son muy pocos los folkloristas que hay en los clubes, por decir que no hay. La cultura está a un lado por culpa de las autoridades como cultura que no la fomentan”.
Los clubes, en sentido general, han perdido su esencia y, como dice Yoel Adames, deportista de los años 80 y periodista especializado en boxeo, ahora lo que se hace es deporte comercial y competitivo, no formativo como antes.
Considera que al pasar de un régimen de represión a una democracia más tranquila, los clubes perdieron su manera de ser y no pudieron transformarse, y los que lo lograron se han convertido en industrias de hacer dinero.
“Precisamente nadie pensaba en ser un Félix Sánchez, porque se practicaba deporte, incluso como defensa personal, para mantenerse fuerte y sano, ya ahora la gente que hace deporte lo que busca es competencia, que se le coloque en un grupo donde se le dé dinero. Antes incluso era prohibido que los deportistas recibieran dinero a tal punto que si lo tomaban automáticamente eran expulsados”, recuerda.
Algunos clubes y clubistas
De los clubes de los años 70 y 80 se mantienen el de San Carlos, que está en reparación; San Lázaro, Calero, Villa Francisca, Héctor J. Díaz, Rafael Molina Solano, Hilario Nivar, Varias Luces, Los Mina, Manolo Tavárez, Bomberito, Cristo Rey, Oscar Santana y Mauricio Báez; este último es el que en la actualidad exhibe mayor desarrollo por el apoyo del presidente Leonel Fernández y funcionarios de su gobierno.
Algunos de los clubistas más conocidos de los 70 son Leo Corporán, Orión Mejía, Jimmy Sierra, Leonel Carrasco, Danilo Díaz, José Díaz, Rafael G. Santana, José Tejada Gómez, Diandino Peña, Leonel Fernández, Tolben Jáquez, Melvin Manuel Doñé, Juan Deláncer, Carlos Nina Gómez, Chico Pérez, Saturnino Martínez, Rafael Nova, Domingo Paredes y el desaparecido Narciso González.
Los expertos
Wilfredo Linares
Dirigente clubístico
Afirma que antes se cultivaba la cultura en los clubes con profesores de vocación y se hacía de manera desin-teresada, pero ahora eso no existe ni pagándoles.
Yoel Adames
Periodista
En Los Mina siempre se luchó porque hubiesen clubes, que celebraban el Día de Duarte o de la Independencia, pero todo eso se ha perdido.
Domingo Paredes
Expresidente de Asocludisna
Recuerda que la mayoría de los clubes de los años 70 jurídicamente no estaban integrados al Estado y que durante su gestión se ha logrado legalizar a la mayoría.
Cambios en la conducta de los jóvenes de hoy
La mayoría de los niños y jóvenes se quedan en casa o se van a los centros de Internet a jugar Dios de la Guerra o God of War, Kill Zone, Bay City, Crume Life, Gang Wars, Narc, Killer, The Warriors o Los Guerreros y Mass Effect, juegos que en su mayoría incitan a la violencia, al sexo y a las drogas.
Para algunos declamar, bailar mangulina o luchar por su barrio son cosas de viejos, del pasado.
Domingo Paredes fue durante muchos años presidente de Asocludisna, ahora es director regional de deportes en la Zona Norte de la capital y ha dirigido todo lo que tiene que ver con los clubes en los últimos ocho años.
“En los años 70 el movimiento clubístico tenía otras características. Nosotros hemos planteado la idea de que al movimiento se le debe dar una renovación para que se adapte a los nuevos tiempos porque muchos clubes se han apartado del sentir de sus comunidades, uno no lo ve por ejemplo, luchando por el arreglo de las calles, del tendido eléctrico o la formación de los jóvenes en los barrios”, dijo el expresidente de Asocludisna.
