La máquina de hits se marchó

Mateo Alou pertenece ahora a la historia del béisbol dominicano, autor de unas páginas que redactó con un bate digno de un desfile de peloteros en su honor.

Mateo Alou pertenece ahora a la historia del béisbol dominicano, autor de unas páginas que redactó con un bate digno de un desfile de peloteros en su honor.Su deceso enlutece a toda la República Dominicana, que acaba de perder a un destacado integrante de la más prestigiosa trilogía de hermanos en el ámbito deportivo.

Felipe, el hoy finado Mateo y Jesús son objeto de reverencia en ese exigente mundo de las Mayores.

Son nuestros, de esta tierra que tantos talentos ha brindado a las Grandes Ligas y tienen el atributo especial de ser recordados con altura a pesar de largas décadas sumidos en el retiro como jugadores.

Un orgullo nuestro se ha marchado, uno de los pioneros que abrió paso a generaciones criollas en el llamado Big Show.

Mateo fue campeón de bateo en 1966 (.342) con los Piratas de Pittsburgh, pero compitió con gallardía en varias ocasiones con figuras del nivel de Pete Rose, nada más y nada menos que el líder en hits de todos los tiempos; de Roberto Clemente, el inmortal de Cooperstown que terminó su carrera con 3,000 hits y en cuatro ocasiones fue el mejor bateador de la Liga Nacional.

Es un símbolo de los Leones del Escogido, novena que merecidamente lo recordará con un círculo negro con el número 17 en una de sus mangas el resto del actual torneo invernal, según informó su presidente, Luis Manuel Bonetti.

Por un momento quisiera viajar por el túnel del tiempo para poder ser testigo de varios turnos de “la máquina de dar hits” que fue Mateíto Rojas Alou.

O quizás observar el último de sus 231 imparables en la temporada de 1969, el récord para un dominicano en una contienda que tiene aroma de irrompible.
Pero a la vez recuerdo que los grandes perduran más allá de lo imaginable, porque su legado  y hazañas cobran mayor vigencia con  el paso de los años.

En el cielo hacía falta un jardinero central.  Por eso el segundo de los Rojas Alou fue convocado desde las alturas. A su familia, nuestras condolencias por la irreparable pérdida.
Paz a los restos de un ícono de la pelota dominicana.

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