La margarina

Al igual que la isla venezolana de las perlas, debe su nombre la margarina al vocablo griego margarita, con que se nombraba al precioso glóbulo nacarino construido por molusco marino para defenderse de los peligros de mantener cuerpos extraños dentro&#8

Al igual que la isla venezolana de las perlas, debe su nombre la margarina al vocablo griego margarita, con que se nombraba al precioso glóbulo nacarino construido por molusco marino para defenderse de los peligros de mantener cuerpos extraños dentro de su fisiología integrada, un callo al que los de habla española llamamos perla.

Surge la margarina como respuesta al concurso convocado para el diseño de mantequilla sintética por el emperador francés Louis Napoleon III, al mismo tiempo en que México luchaba bajo el mando del indio benemérito de América, Benito Juárez, por deshacerse del gobierno impuesto por la tal realeza francesa.
Entretanto, nutrido de valores populistas, liberales y reaccionarios, procuraba el emperador renovar su gobierno en la Francia, y la Francia en el mundo, como imperio francés, haciéndose él acreedor de decisiones de Estado en favor de las masas populares francesas. Así, hizo concurso o premio, para que se diseñara una mantequilla sintética de bajo costo, para que los soldados del imperio y los pobres de recursos de la Francia y los de otras latitudes pudieren consumir uno de los más caros productos lácteos, la mantequilla, que era también uno de los de mayor precio de los artículos de la canasta familiar.

Y hubo diseñador ganancioso, así como también hubo patentes. Se crearon empresas en Holanda Francia e Inglaterra, y se convirtió rápidamente la margarina en la mantequilla popular, en triunfo de tal magnitud que produjo las más grandes empresas de alimentos del mundo occidental, entre ellas Unilever, de la unión de la Margarine Unie de Francia y la Lever Brothers de Inglaterra.

Entonces, en época tan pretérita, se inició entre los industriales europeos y los gremios de la lactoindustria norteamericana una lucha por la supremacía financiera a través de los mecanismos que siempre han usado los de las bolsas, las tenencias de títulos de valor, el engaño, la emisión de títulos sin valor, el mercadeo de basura financiera… y muchas otras cosas que siempre han conseguido que los tontos adquieran.

Aparece ahora en todas partes un libelo que habla horrores de la margarina. Con falacias, mentiras, y engaños. Inclusive con relatos de historia absolutamente falseada. Así como con propiedades bioquímicas enunciadas como inferiores para la margarina, que entidades y profesionales han tradicionalmente otorgado superioridad a la margarina, debe llevarnos a interpretar que el pleito entre ésta y sus opositores comerciales, terminará cuando uno unte su pan con el producto ajeno para comerse todo. Es que como ya se sabe que la margarina es mejor nutrición, el combate no puede entregar información, sino basura.

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