Juan Manuel Márquez, con su aplastante triunfo ante Mike Alvarado, no sólo demostró que es un súper boxeador, sino que es un atleta disciplinado de pies a cabeza.A sus casi 41 años Márquez se presentó al cuadrilátero en plenitud de condiciones (físicas) lo que le permitió no tener nunca, en todo el trayecto de la pelea, ningún problema de aire.
Esto es, que no sufrió cansancio a pesar de que su pleito con Alvarado fue una guerra de limpios puños.
Hay que precisar que no enfrentó a un rival del montón, vulnerable o cómodo para lograr una fácil victoria.
Sí resultó relativamente fácil su triunfo, pero tuvo que poner en práctica toda su capacidad, recursos técnicos, condición física y pundonor. Bueno, el pundonor nunca le ha faltado.
Márquez enfrentó a un rival fuerte, insistente en el lance de sus golpes, también bravo como un espartano y con la experiencia de un ex campeón del mundo.
Alvarado hizo todo lo posible por frenar el ímpetu de Márquez quien honró su mote de “Dinamita”
Hace 21 años que Márquez debutó como boxeador profesional y lo hizo, ¡qué casualidad!, en el viejo Fórum de la ciudad de Inglewood, Estados Unidos.
En el mismo escenario donde comenzó su carrera profesional, el sensacional púgil mexicano ofreció una excelente demostración al demoler en 12 rounds al estadounidense Mike Alvarado. ¡Histórica y positiva coincidencia!
Pero tendrá otro gran reto
Como lo escribí semanas antes de su combate con Alvarado, si se registraba una victoria -como la esperaba este columnista- de inmediato se comenzaría a especular sobre la necesaria quinta pelea con Manny Pacquiao.
Es lo que reclaman los parciales de ambos púgiles que han realizado cuatro peleas.
Entonces, ¿la quinta será la vencida? Márquez, con expediente de 57-7-1, no tiene más nada que demostrar.
Sin embargo, ante Pacquiao, en una casi segura quinta riña, tendrá otro gran reto. Pero también ¡una millonaria pelea de despedida!
