Más ruido del necesario

Los Yankees de Nueva York fueron “por lana y salieron trasquilados”, tal y como reza el viejo refrán popular. Es que la situación con Álex Rodríguez hace rato que se les salió de control. Ellos querían manejarse de la manera más discreta…

Los Yankees de Nueva York fueron “por lana y salieron trasquilados”, tal y como reza el viejo refrán popular. Es que la situación con Álex Rodríguez hace rato que se les salió de control. Ellos querían manejarse de la manera más discreta posible, pero está claro que le ha salido todo lo contrario.

Los Yankees hicieron más ruido del necesario y, desde mi punto de vista, hasta convirtieron a Álex en la víctima de todo este escándalo mediático con tintes misteriosos. Es que pareciera como si los Yankees son los malos de la película y Rodríguez es el angelito, que no rompe un plato.

Veo un claro mensaje de la franquicia con sede en Nueva York: no quieren a Rodríguez. Por una o por otra razón no desean la distracción que significa tener al jugador de ascendencia dominicana en sus filas, que dicho sea de paso, su estatus en las Grandes Ligas pende de un hilo debido a sus vínculos con la clínica Biogénesis. Se espera que Álex sea suspendido en cualquier momento y básicamente los Yankees planean estar lo más lejos posible del jugador cuando eso ocurra, algo que para mí es casi imposible.

Nunca se había visto un caso como este. El equipo dice una cosa hoy y al siguiente día el pelotero dice otra que contradice.

Está claro que todo este drama se cimienta sobre una estructura económica, pues nadie está en creer que este singular caso sólo sea un pleito entre uno que quiere jugar y otro que no le quiere dejar jugar.

Estamos hablando del pelotero que devenga el mayor salario en esta temporada y del que rubricó el acuerdo más jugoso en toda la historia del juego.
A los Yankees no les queda de otra que dejar jugar a Rodríguez y esperar que llegue la suspensión. Ahora se habla que la escuadra lo sancionará por buscar una segunda opinión médica lejos de la organización, a todas luces una rebeldía del jugador.

No me extrañaría que a su regreso también sea blanco de acciones degradantes dentro del propio juego, como colocarlo a lo profundo de la alineación o dejarlo en el banco con frecuencia.

Es una guerra y ambos bandos están avisados.

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