El huracán Matthew no impactó directamente al país, pero la furia de sus aguas fue suficiente para causar estragos a nivel nacional. Comunidades del Este, el Sur, el Norte y la frontera fueron castigadas con cuatro días de copiosas lluvias, dejando una estela de muerte y destrucción de infraestructuras. Los organismos de prevención y socorro actuaron a tiempo.
El Gobierno envió alimentos, ropa y artículos del hogar para enfrentar cualquier eventualidad. Los ministros (Obras Públicas, Agricultura y Educación) se movieron rápido y el personal bajo su coordinación evitó males peores.
Los héroes anónimos, los voluntarios de la Defensa Civil y la Cruz Roja, se mantienen 24 horas atentos para cualquier emergencia. Meteorología, muchas veces operando a ‘mano pelada’, ha sido certera y confiable en los pronósticos. La colaboración de las personas también ha sido clave. Contrario a ocasiones anteriores, han hecho caso a los boletines del Centro de Operaciones Emergencias y se acogieron al llamado de evacuación. Aún falta mucha agua de Matthew, pero al menos las previsiones están tomadas.
En el fronterizo Haití, las cosas resultaron todo lo contrario: mucha destrucción por la furia de Matthew.
