Recibí un mensaje que he acogido como propio. Porque también yo, desde hace mucho tiempo, me he quejado de la falta de representatividad que tiene la nación dominicana por parte de unos señores legisladores que solo representan a sus partidos políticos y a sus desmedidas ambiciones personales.
Supuestamente se trata de una enmienda a alguna constitución española, por lo cual, lo que se describe es mi adaptación a la realidad dominicana, aunque, al igual que el escritor original, también espero que en pocos días la mayoría de los dominicanos hayan leído el mensaje.
Debemos exigir de nuestros legisladores que se ocupen de hacer transparentes sus labores como tales desarrollando y aprobando piezas legislativas con los siguientes efectos:
1. Que senadores y diputados sean asalariados solamente durante su mandato y no puedan recibir jubilación con erogaciones provenientes solamente de tal mandato. La implicación es de que cumplan con los requisitos del Fondo de Pensiones contenido en el Sistema Dominicano de Seguridad Social, tanto en los aportes como en la determinación del monto de las pensiones en función de éstos y del tiempo de labor, al igual que los demás ciudadanos dominicanos.
2. Que senadores y diputados contribuyan al régimen de Seguridad Social como lo manda la ley para los demás dominicanos y se abandone el régimen privilegiado de solo ellos.
3. Que a senadores y diputados les sea prohibido votar en favor de privilegios económicos en su propio beneficio, incluyendo aumentos salariales, la asignación de recursos presupuestarios nacionales para financiar proselitismo político, y similares.
4. Que senadores y diputados tengan las mismas obligaciones fiscales que los demás ciudadanos dominicanos, y se haga cesar de inmediato sus privilegios que los hace gozar de exoneraciones de impuestos por su rol de legislador.
5. Que senadores y diputados estén sujetos a las mismas leyes que afectan y soportan los demás ciudadanos dominicanos, y al igual que éstos tengan que enfrentar las leyes y códigos de la República.
6. Que senadores y diputados cumplan sus mandatos en no más de dos legislaturas, a cuyo término deberán retornar ya al ejercicio de sus actividades anteriores a su elección o a otra de su preferencia.
Servir en el Congreso Nacional es un honor. No una profesión ni un privilegio.
Si estás de acuerdo con esta posición, conversa el tema con amigos, vecinos, familiares, colegas, socios, para que finalmente podamos decir a nuestras sanguijuelas que estamos indignados por sus privilegios autoasignados.
