Mercado de Pedernales suple a Anse à Pitres de sus necesidades

En el mercado transfronterizo de Pedernales-Anse à Pitres no cruzan grandes camiones cargados o guaguas y carretillas incontables de gente que trae y lleva mercancía, como sucede en Dajabón o Jimaní. Es el limitado alcance que tiene este mercado&#8230

En el mercado transfronterizo de Pedernales-Anse à Pitres no cruzan grandes camiones cargados o guaguas y carretillas incontables de gente que trae y lleva mercancía, como sucede en Dajabón o Jimaní. Es el limitado alcance que tiene este mercado la razón por la cual la prohibición de importar en Haití 23 productos por vía terrestre no es fuente de noticia ni de pérdidas que generen una preocupación de alcance nacional.

Aquí, el intercambio comercial en ambos pueblos fronterizos sigue su rumbo habitual y la prohibición de Haití no se cumple a cabalidad. Durante los días de mercado –lunes y viernes-, los haitianos y dominicanos cohabitan como buenos vecinos y se pierden en un bullicio que confunde y desubica. Pues aunque el mercado transfronterizo está ubicado en el lado dominicano, el creole invade los rincones de las casetas de verduras, comida, ropas y cosméticos medianamente organizados.

Pedernales y Anse à Pitres tienen parentesco en su aislamiento. Por eso, el mercado binacional es, en esencia, de abastecimiento local. Pero Anse à Pitres tiene desventajas que la hace más dependiente de su vecina dominicana: su tierra es hostil para la agricultura y la carretera que conecta esa localidad con el resto de las grandes ciudades haitianas es poco viable para transportar mercancía. De hecho, dicen que es más factible trasladar vía marítima los productos a Jacmel, capital del departamento Sudeste de Haití.

El administrador de Aduanas terrestre de Pedernales, Darío Estévez, define el comercio que se da entre los dos pueblos como un mercado “de libras, medio local”. “Anse à Pitres está un poco aislado y casi todas las actividades (comerciales) que realizan lo hacen por el mar en embarcaciones poco seguras. Por eso no se hace mucho comercio de este lado (de la frontera)”. Desde que inició la veda, asegura Estévez, el intercambio comercial que antes movía entre cinco o seis millones de pesos, ahora deja la mitad. “Se ha reducido mucho”, admite.

Qué ha provocado la prohibición

Luis González es uno de los comerciantes dominicanos que trabaja en una caseta de productos comestibles y ha vivido pérdidas. Antes de la prohibición de entrada hacia Haití de 23 productos, cuenta, ganaba hasta RD$50 mil en un día de mercado y ahora la venta alcanza los RD$15 mil. “Antes vendíamos por paquetes y ahora es por libras. Mira, antes traía 50 de esos (señala las fundas de pastas) y ahora uno trae 10 o 20. Ahora vendemos detallado, por libra”, se queja. La evidencia de que los productos prohibidos están cruzando hacia Haití la llevaba un haitiano en la mano: una fundita de detergente que el hombre cargó hasta aquel lado del puente sin problemas.

Los beneficios del comerciante Rafael Darío Arias son más ajustados, cuando dice que puede sacar en un día regular RD$4 mil o RD$5 mil y una buena jornada RD$8 mil. También es más conservador al mencionar las pérdidas, porque no las cuenta. En lo que ambos comerciantes coinciden es en que en este mercado, por lo general, los haitianos se encargan de vender ropa y cosméticos y los dominicanos despachan alimentos. elCaribe notó muchos extranjeros vendiendo frutas y verduras.

De los 23 productos que Haití prohibió entrar, 12 son con fines comestibles: agua potable, harina de trigo, aceite comestible, mantequilla, manteca, pastas, jugos en polvo, refrescos, cerveza, snacks, harina de maíz y galletas. Todo lo que se exporta desde este mercado llega, primero, a Anse à Pitres el poblado fronterizo con Pedernales, donde la electricidad es tan escasa que el hielo hay que llevarlo diariamente desde tierra dominicana.

A este poblado de unos 25 mil habitantes, la empresa de electricidad nacional de Haití no tiene presencia, a pesar de que se pueden ver instalaciones en “algunos lugares”, según señala la Minustah.

Haitianos quemaron su oficina de Aduanas

Hace dos semanas los haitianos quemaron la caseta de Aduanas de su país, porque impidieron el paso a un camión cargado de harina. “No le habían quitado productos y empezaron a quitárselo el pasado lunes (12 octubre). Hubo un problema y quemaron la Aduanas de aquel lado (haitiano). Después volvieron en cantidades pequeñas y la están dejando pasar”, cuenta el administrador de Aduanas en Pedernales, Darío Estévez. “Los haitianos le prendieron candela y le cayeron a pedradas a los que querían apagarla”, recuerda.

Cualidades del mercado

El mercado está dentro de un terreno vallado que permite concentrar a los comerciantes en esta zona, a pocos metros de la puerta de malla ciclónica que divide los países. Allí se puede comprar alimentos, ropa, cortinas, cremas para el cuerpo y tratamientos para el pelo, cepillos de dientes, perfumes, libros en francés, zapatos, juguetes usados y otros productos. Dentro del terreno vallado hay 17 casetas, con espacio para entre ocho y 12 puestos de venta cada una y un patio donde entran los camiones y los vendedores improvisan su espacio. Los comerciantes alojados en las casetas dicen que pagan al Ayuntamiento una cuota anual de RD$500 y RD$25 los días de actividad.

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