Santiago. De los tres mil 500 vendedores que cada jueves acuden a ofertar sus mercancías en el mercado de Pueblo Nuevo, 250 tienen sus puestos de pacas que traen desde los Estados Unidos.Y es que lo que en principio fue un simple mercado para la venta de ropas usadas y zapatillas, ha crecido al punto que se ha convertido en el espacio para que otros vendedores se surtan para ofertarlas en otros pueblos.
Yokaira López, residente en La Vega, se desplazaba hacia Santiago para comprar doce mil pesos de ropa.
“Esto me sirve como sustento para mantener a mis dos hijos de cuatro y dos años de edad. Muchas veces logro ganarle hasta el doble, es decir, invierto doce mil y saco 24 mil, pero en otras ocasiones no me va tan bien”, expresa López.
En el espacio habilitado por María Peralta, la mayoría de compradores de ropas usadas provienen desde Puerto Plata.
En los días que peor le va, puede lograr vender entre 800 y mil pesos. “Ya no son tantos los que vienen a comprar ropa para ponérselas. El negocio de nosotros está en venderlas a otros que luego las ofertan en sus pueblos”, sostuvo Peralta.
Cada espacio debe pagar a la alcaldía de Santiago cien pesos, el doble de lo habitual, durante las festividades. En el mercado de Pueblo Nuevo no solo viven del negocio los vendedores, sino los taxistas que ofrecen sus servicios a los que compran pequeñas pacas para revenderlos en otros pueblos.
Aquilino Padilla lleva varios años en esas labores y aunque asegura que la situación económica ha disminuido el número de compradores y por tanto de pasajeros, muchas veces puede ganarse hasta mil 500 pesos en pocas horas.
Pese a los intentos, a la alcaldía se les ha ido de las manos intentar poner control por la cantidad de personas que viven del negocio.
Quejas por ocupar espacios públicos
Con la expansión irregular de los buhoneros dominicanos y haitianos, el mercado no solo ocupa la avenida J. Armando Bermúdez, sino que prácticamente han tomado la calle 30 de Marzo hasta la Restauración y parte de la avenida 27 de Febrero. Pese al intento de control, a las autoridades municipales se les ha hecho imposible mantener el espacio controlado.