El merengue pierde a Richie Ricardo

 Muchos le recordarán por el gran parecido de su voz con la de Johnny Ventura, pero Richie Ricardo gravitó en la música gracias a otros factores.En medio de la proliferación de orquestas que surgieron en los años 80, El Natural,…

 Muchos le recordarán por el gran parecido de su voz con la de Johnny Ventura, pero Richie Ricardo gravitó en la música gracias a otros factores.

En medio de la proliferación de orquestas que surgieron en los años 80, El Natural, como se autodenominó el artista que falleció el pasado domingo a causa de un infarto, se ganó un espacio que defendió hasta principios de los 90.

Tenía una voz limpia y potente –no en vano le compararon su timbre con el de El Caballo– y aunque apeló al doble sentido light en algunas canciones, se caracterizó más por sus merengues bailables y jocosos.

Ejemplos en esa línea dejó varios: “La negra se movía”, “El funeral” o “Catalino”, para mencionar solo algunos.

Ricardo, un músico de clase media alta que se inició como DJ, no tuvo dificultades para armar una orquesta que, gracias a sus posibilidades, mantenía a sus integrantes sin contratiempos, aún en esos momentos cuando su agenda de actividades no era muy productiva.

Salió al escenario en el 1986 con el LP El potro, respaldado por DisCostumbre, el sello de las estrellas, con el empresario Luis Medrano como productor ejecutivo.

Su impacto moderado tuvo que ver con merengues como “Sr. Purpero”, “La apariencia”, “El hot dog” y “El gallo”.

Un año después, con la ebullición inigualable que experimentó el merengue en la década de los 80, El Natural firma con Kubaney con el que publicó su segundo long play, en el que incluye su éxito “La negra se movía”, “Richie merengue boogaloo” y “Casimiro”.

Entre 1986 y 1988 tuvo sus años dorados, con una popularidad favorable y la producción de hits que en el 1987 le favorecieron con la única nominación en su carrera a los Premios Casandra como Agrupación musical del año.

En el 1988, también con Kubaney, el merenguero edita su tercera producción, con diez canciones entre las que están “Olé olé”, “El pez que habló”, “La gorda” y “La matica de mafafa”.

Pero su carrera empezaba a perder impulso frente a otras orquestas, por lo que nunca alcanzó la categoría de líderes como Álex Bueno, Fernando Villalona, Los Rosario, Dioni Fernández, Ramón Orlando o Sergio Vargas, que trascendieron el furor de los 80 y traspasaron la barrera de los 90.

Fue cuando Richie Ricardo, de la mano de J&N Récords, publica El natural regresa (1993), con canciones con cierto éxito, como “Ta’ ta’ caro”, “El can”, “Mujer qué bien te ves”, “Mi novia Belín”, “El tizón de Danny” y “Buena suerte”, que un año antes habían grabado Los Rosario.

Impedido de continuar con la sustentación de una orquesta de 13 músicos, debido a las dificultades que trae consigo la indiferencia de las contrataciones, a mediados de los 90, El Natural se ve en medio de rumores que anunciaban su muerte.

De ahí viene el nombre del disco compacto que publicó en el 1996: Vivito y coleando que abre con el pegajoso merengue “El funeral”. Otras canciones incluidas en el que probablemente fue su último álbum son: “Los solteros”, “El café”, “El teléfono” y “Homenaje a Tito Rodríguez”.

El natural regresa, publicado bajo el sello de J&N Récords está disponible en formato digital en iTunes.

Cuando se conocía la noticia de su muerte, dada a conocer por Freddy Gerardo, merenguero que fue su director de orquesta, Richie Ricardo estaba prácticamente en el anonimato, lejos de los escenarios.

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