México lindo II

Visitar el D. F. comprende un paseo obligado por el Paseo de la Reforma. Desde este trazo se podrá apreciar el ángel y el monumento a Benito Juárez.

México lindo

E n la vida, cuando amamos lo que hacemos, las propias circunstancias actúan para que aquello que nos propongamos sea una realidad. Así porque hace buen tiempo habíamos querido visitar la ciudad de México. Ahora que lo hemos logrado,…

Visitar el D. F. comprende un paseo obligado por el Paseo de la Reforma. Desde este trazo se podrá apreciar el ángel y el monumento a Benito Juárez. Toda la avenida se encuentra embellecida por un conjunto de esculturas de personajes emblemáticos de la ciudad que en su momento ocuparon importantes puestos en el gobierno.  Cada pieza escultórica se encuentra alternada con ánforas muy decoradas que junto a los árboles hacen del paseo algo maravilloso.

A unos pocos metros del Paseo de la Reforma está la gran Plaza del Zócalo, también conocida como Plaza de la Constitución y como centro histórico de la capital mexicana. En principio esta área estaba destinada al centro político y religioso de los Aztecas y era conocida como Tenochtitlán, que en su momento había sido una hermosa ciudad prehispánica construida sobre pequeñas islas y tierras pantanosas. De hecho, hay quienes suponen que se trataba de la tercera ciudad más grande del mundo, luego de Constantinopla y París.

Tenochtitlán conservaba la arquitectura azteca más representativa. Sin embargo, luego de la conquista española, la ciudad fue prácticamente destruida, empleando los materiales de sus construcciones para erigir las nuevas edificaciones de lo que sería la ciudad de México como la conocemos en nuestros días. Integrada básicamente por la Catedral Metropolitana, el antiguo Palacio de la Alcaldía y la Casa de Gobierno.

Importante es advertir que antes de llegar al Zócalo se encuentran el Palacio de Bellas Artes y la Casa de los Azulejos, espacios muy emblemáticos, tanto por su arquitectura como por lo que conservan en su interior.

Al extremo opuesto del Zócalo está el bosque de Chapultepec, donde se ubica el Altar de la Patria, un hermoso conjunto de columnas diseñadas por el arquitecto Enrique Aragón y esculpidas por Ernesto Tamariz. De igual modo, están el Museo Nacional de Antropología y la casa del Chapulín o Saltamontes.
Esta última, se trata de una estructura palaciega ubicada en el cerro de Chapultepec construida por el virrey Bernardo de Gálvez y Madrid. Continuará.

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E n la vida, cuando amamos lo que hacemos, las propias circunstancias actúan para que aquello que nos propongamos sea una realidad. Así porque hace buen tiempo habíamos querido visitar la ciudad de México.

Ahora que lo hemos logrado, hay cierta necesidad por verlo todo. Pero evidentemente es mucho lo que hay por conocer, por tal motivo hay que realizar más de una visita para poder conocer y disfrutar de todo lo que puede ofrecer esta gran urbe.

Lo primero es que impresiona ver desde el avión el trazado urbano, algo que se mantiene bien en el centro y que no se mantiene igual en la periferia, como en cualquier país del mundo, sobre todo uno de américa, ya que por la autopista empiezas a ver todo un apiñamiento de viviendas que de forma individual no lucen muy bien, pero luego en el conjunto, nos ha parecido una composición muy interesante porque casi siempre las casas se convierten en la falda de un montículo.

La ciudad de México en general es un espectáculo y se puede apreciar en muchos aspectos. En el caso que nos ocupa hemos decidido dedicar unas breves líneas al hotel Camino Real Polanco construido bajo la égida del arquitecto Luis Barragán, espacio en el que nos hemos quedado, pues además de ser un sitio muy acogedor, hemos tenido el privilegio de que no se trata de un hotel común y corriente, todo lo contrario, y lo que es mejor, en este lugar desde la entrada hasta el último rincón te encuentras con obras de arte de artistas reconocidos y la propia arquitectura es una de las razones para que muchos hayan optado por denominarle como: “hotel-museo”.

Ciertamente se trata de un espacio sin igual, en el que el color va estar siempre presente. Por ejemplo, La ambientación que se ha querido lograr es muy contemporánea, donde predominan colores como el amarillo y el rosado, pero al mismo tiempo conserva algunos elementos de las culturas prehispánicas como su construcción en forma de pirámide. Continuará. l

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