Rubén Bichara se comunica con elogiable franqueza sobre la eterna crisis eléctrica nacional. Se aborda a largo plazo y él evita sembrar falsas ilusiones.
Pasados homólogos declaraban el “fin de los apagones” para tal o cual año.
Sinceridad es lo que se espera de los funcionarios. Pero tan complejas criaturas como somos las personas, yo quisiera por momentos que me mintiera un poco.
El engaño puede sentar bien, si en él descansan nuestras esperanzas.
“Miénteme una eternidad que me hace tu maldad feliz.
Y qué más da, la vida es una mentira”, dice el bolero. Un poquito de esperanza quisiera yo de Bichara. Que diga que algún día habrá luz.
