La miopía de los reformistas

Muchos reformistas se han creído lo del triunfo en las elecciones del pasado 20 demayo. Y lo peor no es eso, sino la forma en la que han reaccionado ante esa aparente realidad.

Muchos reformistas se han creído lo del triunfo en las elecciones del pasado 20 demayo. Y lo peor no es eso, sino la forma en la que han reaccionado ante esa aparente realidad.

Creer que efectivamente, el PRSC sacó casi un 6% de los votos es lo mismo que aceptar que el PLD solo sacó un 37%. Son verdades numéricas, pero hay mucho detrás de esos datos secos.

Si el PLD, que es un partido organizado, previsor y pragmático, pensara que es real esa votación, hubiese convocado un congreso de urgencia para analizar las causas del declive. Pero ese no es el caso.

La votación del partido rojo fue, evidentemente, inflada. Muchos votos morados se convirtieron en rojos. Esa es la verdad, aunque no haya forma de demostrar la dimensión del fenómeno.

Unos pocos dirigentes están conscientes de eso, pero la mayoría se ha embriagado con los resultados y se dan el lujo de asumir una actitud arrogante, cerrada y exclusionista que no les luce a ellos ni a ningún político que se precie de serlo.

La cantaleta de que no aceptarán a los que se han ido es una muestra de la miopía de esos directivos reformistas, muchos de los cuales también han mandado a votar en contra del PRSC en algún momento, y no solo fueron perdonados, sino también recibidos con bombos y platillos.

Esos mismos directivos en un momento en que al PRSC daba reales señales de recuperación, se dedicaron a entretener a sus compatriotas anunciando que llevarían candidato propio, decisión que se adoptó en el Congreso Joaquín Balaguer, para luego alegar que no había condiciones para ello. Quizás la decisión de concretizar la alianza no fue mala, pero la forma en que se manejó fue pésima. El resultado es que decenas de figuras emblemáticas de ese partido hoy están fuera.

Por eso decíamos en un artículo anterior que los blancos dan pena, los morados, miedo, y los rojos, risa.

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