Monumento a los Héroes de la Restauración

Los hombres que el 16 de agosto de 1863 iniciaron la guerra para restaurar la independencia dominicana, comandados por el general Gregorio Luperón y Santiago Rodríguez, son honrados en el Monumento a los Héroes de la Restauración, símbolo principal&#

Los hombres que el 16 de agosto de 1863 iniciaron la guerra para restaurar la independencia dominicana, comandados por el general Gregorio Luperón y Santiago Rodríguez, son honrados en el Monumento a los Héroes de la Restauración, símbolo principal de esta ciudad.

Sin embargo, en un principio no fue así, ya que la estructura que es altamente conocida, tanto a nivel nacional como internacional, fue concebida por Mario Fermín Cabral para enaltecer al dictador Rafael Leonidas Trujillo, con la contribución del pueblo. La construcción de la obra inició el 30 de abril de 1944, año del Centenario de la Independencia dominicana, cuando la gobernadora civil de Santiago, Isabel Mayer, dio el primer picazo en la cima del Cerro del Castillo, de acuerdo a datos que recoge el libro “El Monumento a los Héroes de la Restauración. Historia y arquitectura”, escrito por Edwin Espinal y César Payamps.

Los planos originales fueron elaborados por Henry Gazón Bona, ingeniero mayor del Ejército Nacional, con modificaciones del ingeniero José Mauricio Álvarez Perrelló, mientras que los trabajos estuvieron dirigidos por el maestro constructor Julio Menicucci. El que en un principio fue bautizado como “Monumento a la Paz de Trujillo”, para el año 1945, ya tenía construido el cuerpo principal, con varias plantas, ofreciendo la visible altura de más de 30 metros, faltando la airosa torre y el revestimiento planeado en mármol de carrara, pero en diciembre de 1946 el Senado aprobó la suma de seiscientos mil pesos para la terminación de los trabajos del grandioso monumento, que concluyeron al cabo de una década, en 1952, de acuerdo a datos suministrados por Arelis Albino, encargada de relaciones públicas del monumento.

El que en un principio fue bautizado como “Monumento a la Paz de Trujillo”, para el año 1945, ya tenía construido el cuerpo principal, con varias plantas, ofreciendo la visible altura de más de 30 metros, faltando la airosa torre y el revestimiento planeado en mármol de carrara, pero en diciembre de 1946 el Senado aprobó la suma de seiscientos mil pesos para la terminación de los trabajos del grandioso monumento, que concluyeron al cabo de una década, en 1952, de acuerdo a datos suministrados por Arelis Albino, encargada de relaciones públicas del Monumento.

La infraestructura

La estructura tiene una altura de 67 metros, y está construido en concreto armado, regido en su parte exterior por el estilo jónico clásico. “Se trata de un revival en la construcción moderna y en su tónica de arquitectura triunfalista, donde la opulencia y la pesadez conjugan el empleo de columnas y el uso del mármol”, de acuerdo a una cita del libro sobre su historia. Tras la caída de Trujillo, la población enardecida quería destruir todo lo que representaba la dictadura, y fueron hasta el Monumento, pero un grupo de personas se opuso, alegando que había que preservarlo porque era de interés nacional y de interés público.

El 26 de diciembre de 1961, el entonces presidente Joaquín Balaguer votó la Ley No. 5724 que lo rebautizaba oficialmente, llamándolo “Monumento a los Héroes de la Restauración”, con el objetivo de “rendir merecido tributo y perpetuar el augusto recuerdo de los Héroes inmortales de la Restauración Nacional”, según datos del citado libro.

El Monumento a los Héroes de la Restauración guarda en su interior episodios de nuestra historia.

El Monumento a los Héroes de la Restauración, como símbolo de Santiago, es altamente conocido, pero lo que no es tan conocido es el museo que en su interior opera. Diversos episodios de la historia y la cultura dominicana están representados en los cinco niveles del Monumento, a través de instalaciones iconográficas, murales y otros elementos.

“Como museo todavía la gente lo desconoce mucho, porque tiene la percepción de que es solo la jardinería, donde vienen a tomar aire y nada más. Su estructura en sí ya es historia, y también encontramos nuestra historia patria ya de una forma más representativa a través de las instalaciones, de algunos hechos específicos, como el primer grito contra la Anexión que se produjo en Moca el 2 de mayo, y también tenemos representaciones de lo que fue la Batalla del 30 de Marzo; lo que fue el incendio de Santiago, el gobierno restaurador, en fin, varios momentos históricos. Por ejemplo, Duarte ante Mella, cuando Mella estaba muriendo”, expresa con entusiasmo la relacionista Arelis Albino. El museo, como tal, está funcionando desde el 2007, cuando fue inaugurado el proceso de remozamiento al que fue sometido en el 2006, y fue traspasado al Ministerio de Cultura, ya que estaba en total deterioro. “Ahí es cuando se tiene un concepto de museo en el Monumento, donde se le instalan las recreaciones históricas que están los diferentes niveles, las plazoletas en la jardinería, y se ponen bustos de héroes alrededor”, precisa Albino, informando, además, que el remozamiento, ordenado por el entonces presidente Leonel Fernández, incluía adecuaciones técnicas y reparaciones físicas del inmueble y su entorno paisajístico.

Albino explica que en el primer nivel o lobby, se encuentra un conjunto de elementos que lo van situando en el marco histórico de la Guerra Restauradora. Aquí hay esculturas de los intelectuales, pensadores, civilistas y colaboradores de la gesta como Ulises Francisco Espaillat, Benigno Filomeno de Rojas, Manuel Rodríguez Objío, Eugenio Perdomo, Belisario Curiel y Alfredo Detjeen, que participaron también en la Batalla de la Restauración, no sólo con su accionar, sino con sus ideas. En el exterior hay otras 15 esculturas de tamaño heroico que conforman el conjunto representativo de las más eximias figuras de la gesta.

En el segundo nivel inicia el museo visual con influencia didáctica sobre el proceso restaurador, amparado en cuatro instalaciones gigantes, concebidas de forma tan real, que explican momentos especiales de la gesta y de la historia dominicana con sus principales personajes, de acuerdo a lo explicado por Albino.

Al hablar de las instalaciones, explicó que la primera representa el primer levantamiento armado y organizado contra la Anexión a España, ocurrido el 2 de mayo de 1861 en Moca; otra rememora la captura y fusilamiento de Francisco del Rosario Sánchez, por órdenes del general Pedro Santana, en San Juan de la Maguana; otra instalación recrea el Grito de Capotillo, hecho que marca el inicio formal de la Guerra Restauradora; mientras que la cuarta instalación representa la Batalla de Santiago, con la que comienza a perfilarse el sueño de una patria independiente de protectorado extranjero. En ese mismo nivel, hay murales del artista español José Vela Zanetti, pintados entre 1952 y 1953 en la ciudad de Nueva York, exclusivamente para el Monumento, los cuales fueron restaurados.

En el tercer nivel del museo se pueden apreciar otras cuatro instalaciones que refieren otros aspectos del período de la lucha restauradora, tales como el Primer Gobierno Restaurador, Táctica de Guerra de Guerrilla, Duarte ante dos Muertes y Homenaje a los Restauradores; así como otras seis obras del pintor José Vela Zanetti, quien fue seleccionado para las realizaciones artísticas que se preservan en el Monumento, por su maestría y reputación en la interpretación de temas dominicanos.

En tanto que en el cuarto piso, además de las áreas administrativas, se encuentra una biblioteca con temas específicos de la historia dominicana, principalmente de libros sobre la Historia de la Restauración, de Santiago y las demás provincias del Cibao.

Esta biblioteca está concebida como sala de lectura al servicio del público.
El último piso del Monumento, que corona la torre con su ángel mirando hacia el viejo casco urbano, con sus brazos abiertos y elevados, ofreciéndole paz a la población, es un mirador con una terraza circular, dotada de telescopios. Posee, además, representaciones del carnaval como los lechones, el robalagallina tradicional y el de fantasía, y murales de Vela Zanetti que están pintados en las mismas paredes, llamados las aguadas; aquí tienen también murales de pintores como Danilo de Los Santos y Guillo Pérez, entre otros.

Visitas al museo y programa cultural 

El museo, que el pasado año obtuvo la medalla de plata en el Premio Gestión a la Calidad de la Administración Pública que otorga el Ministerio de Administración Pública, está abierto de martes a domingo, desde las 9:00 de la mañana a seis de la tarde. El costo para acceder a su interior es de 20 pesos por persona, que incluye el recorrido guiado en cada nivel y el uso de la biblioteca, precio que, según Albino, es  simbólico para que la gente se vaya acostumbrando a contribuir en algo, además de usarlo para el mantenimiento y, en gran parte, se devuelve en servicio a la población. “Además de la visita, también desarrollamos un programa de gestión cultural, donde planificamos charlas, conferencias, proyecciones de películas, documentales con estudiantes de escuelas, colegios y universidades, con el objetivo de poder compartir conocimientos fuera de las aulas con los muchachos y con maestros que no son los habituales de ellos”, precisó Arelis Albino, quien además informó que esos maestros van como colaboradores. Explicó que hacen las actividades por temporada. Por ejemplo, en febrero realizan la Semana Independentista, en agosto la Semana Restauradora, y dependiendo de la fecha histórica que se esté conmemorando, llevan documentales.

Datos
Su construcción inició el 30 de abril de 1944, cuando la gobernadora civil de Santiago, Isabel Mayer, dio el primer picazo”.

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