El día 16 de este mes el presidente Danilo Medina cumple su primer año en la dirección del Estado, con más luces que sombras y una gestión marcada por realizaciones y acciones puntuales que han contribuido al dinamismo económico, al incremento de las inversiones extranjeras y ha aliviado las precariedades de muchos segmentos de la población condenados por décadas al lastre de la miseria.
Desde su ascenso al poder inauguró un estilo propio, le puso un sello muy personal a la forma de dirigir el gobierno y ha establecido, lo que expertos en marketing político llaman, una nueva marca… la marca Danilo.
Instalado en el Palacio Nacional, el 16 de agosto del año pasado, muchos le criticaron haber iniciado un nuevo gobierno con figuras viejas y cansadas, herencia de la gestión de su antecesor, Leonel Fernández.
Eso en nada ha afectado la imagen ni la eficiencia en el desempeño de su administración. Como hombre de Estado ha demostrado que tiene la suficiente pericia para lidiar con el complicado ajedrez del poder. Ha sabido mover cada ficha en el momento oportuno y al lugar perfecto y eso ha sido determinante para alcanzar logros apreciables en política macroeconómica, estabilidad fiscal y control del tipo de cambio.
Hasta sus más acérrimos críticos le reconocen como un hombre humilde, de profunda sensibilidad humana y su firme decisión de hacer un gobierno con equidad y responsabilidad social. Pese a que cuenta con un gabinete integrado por figuras de probada cualificación profesional y vocación de servicio decidió desde el principio recorrer el país para conocer las necesidades de los residentes hasta en los más recónditos lugares.
Cada domingo sorprende a una comunidad del interior, se reúne con los productores pequeños, se interesa por sus inquietudes y necesidades y les entrega financiamiento a bajas tasas de interés para que puedan ampliar sus negocios y al mismo tiempo generen nuevos puestos de trabajo.
Hay puntos muy luminosos en la gestión de Danilo Medina, quizás el más importante haber otorgado el 4% del PIB a la educación, mejoras en áreas sensibles como la salud, la seguridad social. Destaca también el anuncio de grandes obras, muchas ya en construcción, entre ellas la segunda fase de la segunda línea del Metro de Santo Domingo, el proyecto de tres mil viviendas en Boca Cachón, Independencia.
Sin embargo, pese los esfuerzos realizados, los grandes retos del gobierno de Danilo Medina siguen siendo la inseguridad ciudadana y el creciente deterioro del servicio de energía eléctrica, que absorbe millones de dólares mensuales de los ingresos del Estado.
