Tres días después de un ataque contra la OTAN que dejó una docena de muertos, los talibanes atacaron ayer una sede de la ONU en la ciudad de Kandahar.Siete personas murieron al estallar un coche cargado con explosivos en una garita de control cerca de la residencia de visitantes de las Naciones Unidas y en la sede de la organización Desarrollo de Socorro Internacional en la madrugada del lunes, causando graves daños al edificio de la agencia de la ONU, dijeron funcionarios afganos.
Tras la explosión, los atacantes tomaron el control de por lo menos un edificio y se enfrentaron a tiros con las fuerzas de seguridad, informó el jefe de policía de Kandahar, general Abdul Razzaq. El tiroteo duró más de dos horas hasta que los insurgentes fueron eliminados por la policía. La OTAN dijo que las tropas afganas “encabezaron la respuesta contra los atacantes” en la ciudad, un bastión talibán. La insurgencia se atribuyó el ataque.
El ataque, combinado con una operación suicida, es la segunda incursión de gran envergadura en tres días contra objetivos extranjeros o tropas de la OTAN en el país, y pone de manifiesto la capacidad de los insurgentes de continuar lanzando ataques pese a la campaña de la OTAN contra ellos por 10 años.
La coalición encabezada por las fuerzas de Estados Unidos entrega gradualmente las reponsabilidades de seguridad a sus homólogos afganos y los planes para retirar a sus fuerzas de combate están fijados para finales del año 2012.
