Las mujeres son seres extraordinarios y su misión en este mundo es hegemónica y preponderante. La procreación, magno fenómeno de la biología humana, vital para la perpetuación de nuestra especie y tan antiguo como la propia humanidad, exige al sexo femenino grandes sacrificios.Uno de esos sacrificios es el de estar preparada fisiológicamente para el embarazo, sus demandas y sus consecuencias.
Es por tanto que sus peculiaridades son muy particulares, tanto que la naturaleza ha excluido al género masculino de esa virtud.
El hierro en los seres humanos juega un papel fundamental como lo es la formación de hemoglobina, la mioglobina e importantes procesos bioquímicos en los que este metal, con su presencia y mediación, los hace posibles en diversos tejidos.
En cuanto a su participación en la formación de la hemoglobina, por la ubicación de esta dentro del glóbulo rojo, cada vez que una mujer en su vida fértil hace una descarga menstrual, se pierden muchos glóbulos rojos, los cuales necesariamente deben ser reemplazados por otros nuevos que nacen en la medula ósea.
Esto ocasiona un incremento adicional de la demanda de hierro, trayendo como consecuencia un difícil flujo en la oferta y disponibilidad de ese metal en las mujeres durante esos períodos.
Se estima que al menos la mitad de las mujeres en todo el planeta tienen o están expuestas a convivir con un déficit de hierro.
Por esas razones, la anemia ferropenia o por falta de hierro es la patología más frecuente en el sexo femenino y es una verdadera pandemia mundial.
Exhortamos a tomar en cuenta aportes adicionales de hierro durante el tiempo que dure su vida fértil.
