Santiago.-A las dificultades físicas dejadas por su agresor , Yuri Antonia Padilla, la mujer cuyas heridas a machetazos le ocasionaron la pérdida de una mano y los dedos de la otra, atraviesa una verdadera tragedia debido a la situación económica en la que mal vive.
Para poder tratarse en el patronato de rehabilitación tuvo que mudarse desde su comunidad natal Palmar Grande del municipio Altamira en Puerto Plata a una casucha en el barrio El Congo de Santiago, que carece de todos los servicios.
Su mayor dolor es que ni siquiera puede ver con regularidad a sus dos hijos quienes fueron llevados a un albergue.
En la vivienda donde reside, carece de energía eléctrica, gas para cocinar y las condiciones de salubridad son críticas.
Además de la promesa del Patronato de Rehabilitación de Santo Domingo que acordó donarle la prótesis, solo la Fiscalía de Santiago ha colaborado en esta causa.
Tras ocurrir la tragedia el día 28 de agosto de este año, Padilla recibió varias promesas de diversas instituciones, pero ninguna se ha materializado. “Lo que yo ahora mismo estoy necesitando es recurso económico para poder subsistir, pues no tengo con que comprar nada”, apunta Yuri Altagracia al hablar con reporteros de El Caribe.
Espera que la mano amiga pueda colaborar para poder mudarse a un espacio más adecuado.
A la larga lista de situaciones de desgracia que le ha tocado vivir, Padilla vio como el pasado miércoles no pudo ser tratada en el patronato de rehabilitación que opera en el hospital regional José María Cabral y Báez, debido a que su agresor, Daniel Cruz, recibe atenciones a causa de derrame cerebral, tras un juez dictarle un año de prisión preventiva.
Para impedir que coincidan los familiares de Cruz, el patronato decidió que Yuri sea atendida en los espacios que funciona en Las Colinas. Los especialistas que la han tratado le han recomendado que antes de colocarle una prótesis debe someterse a un tratamiento que le permita trabajar en la articulación.
