Nancy Álvarez es Winifred

«No fue coincidencia que me casara y comprometiera en Disney. Soy una niña grande, amo ir allí y disfrutar desde…

«No fue coincidencia que me casara y comprometiera en Disney. Soy una niña grande, amo ir allí y disfrutar desde Blanca Nieves hasta Mickey Mouse».

Ella es tan polifacética como Bette Midler, porque Nancy además de sicóloga clínica, terapeuta sexual y de familia, es actriz y cantante.

Nos cuenta que aún le dedica tiempo a esas facetas que le gustan mucho, aprovechando, de paso, su rol como educadora en el tema de la sexualidad. «Todo sobre el amor, infidelidad» y «Solo para hombres….y también para mujeres» son espectáculos que ha presentado en el país, en Nueva York, Puerto Rico y Miami. Ella dice: «Son shows educativos-musicales, donde canto, bailo y enseño; y es realmente un gancho para que los hombres se eduquen riéndose y cantando; pues de otra manera no van a las charlas educativas». Y los roles de la doctora se complementan, pues asegura que no se ve cantando sin ligarlo a algo educativo.

Recién concluyó su etapa como presentadora del programa en el que alcanzó la fama internacional, pero ahora el público dominicano recibe sus consejos de manera más directa en el espacio «Dra. Nancy», transmitido en la radio durante una hora, de lunes a viernes. En Pandora, aprovechamos que la tenemos más cerca para transformarla en Winifred, una de las brujas de «Hocus Pocus». Ellla simplemente no vaciló.

En torno a los temas místicos existen muchas leyendas. ¿Usted cree en ellas? Claro, es la forma en cómo transmitimos nuestras creencias, mitos, códigos familiares, fantasías y realidades. Yo creo en todo y en nada, ya que odio el fanatismo.

Como en casi todos los cuentos sobre brujas, hay niños involucrados. ¿Recuerda alguna historia de su infancia o anécdota en la que estuvieran presentes estos personajes u otro igual de fantasioso? Muchísimas, las brujas están presentes en los cuentos clásicos, representan a veces la parte que rechazamos de mamá. Tienen una función psicológica importante.

Yo desde niña amé el teatro y los cuentos, por algo produje y actué en Heidy, Hansel y Gretel, La Cenicienta, y otras, en el Teatro Nacional junto a Germana Quintana en la dirección. No fue coincidencia que me casara y comprometiera en Disney. Soy una niña grande, amo ir a Disney y disfrutar desde Blanca Nieves hasta Mickey Mouse. ¡Nunca dejo de ir a la casa de los fantasmas!

También crecí entre haitianos en los ingenios (mi nana era haitiana)…yo sí que viví y escuché historias de ese tipo, y miedo que me daban. Ahora no creo en ese mundo.

Tiene mucho tiempo viviendo en EE.UU. ¿Lleva la tradición de la noche de brujas? No me gusta. Si fuera solo la aparición de una bruja, pero es algo muy feo (muertos, degollados, etc.). De lo que se celebra en Estados Unidos me encanta el Día de Acción de Gracias, por eso me vuelvo a casar aquí en RD ese fin de semana. Esa tradición es hermosa, pero la otra no me gusta.

Al igual que Midler, usted era cantante. ¿Por qué dejó atrás esa faceta? Ni tan atrás, he vuelto a cantar en USA. Amo cantar, fue mi primera profesión y crecí entre canciones, guitarras y bohemias. Vengo de una familia de artistas y músicos, por parte de mi mamá. Los reto a encontrar una canción vieja que no me sepa. Crecí escuchándolas todas, pero debo admitir que en Estados Unidos, a las grandes corporaciones de televisión les gusta encasillarte y a muchos de sus ejecutivos les molestaba que yo cantara; tenía que ser «la doctora».

¿Cómo se dio la transición del campo artístico a la psicología?
Canto desde los 15 años. Comencé en «La taberna de Babin» junto a Sonia Silvestre, Cecilia García, Rhina Ramírez… Fui solista del famoso grupo Barroco 21, junto a Michael Camilo y el nunca olvidado Luis José Mella. En esa época estudiaba medicina, y a pesar de tener unas calificaciones envidiables, la dejé porque no tenía tiempo para cantar. Era famosa por ir a tomar exámenes de psicología clínica a la UNPHU, con mi maquillaje de show, mis pestañas postizas y mi vestido lleno de brillo, lo que no me impidió graduarme con honores y obtener excelentes calificaciones.

Desde pequeña cantaba en el colegio de monjas y cuando me preguntaban qué sería cuando fuera grande, decía: cantante. Las monjitas me decían que no, que las cantantes eran mujeres de mala vida, yo me sentía triste cuando oía eso. Aun así era yo quien cantaba en todas las veladas del colegio.

Nunca he podido vivir lejos del arte, si lo hago me siento como una flor sin agua. soy artista, soy psicóloga, soy terapeuta de familia, de pareja y sexual… Soy eso, y si volviera a nacer, quisiera ser lo mismo otra vez. Pero que esta vez me dejen cantar.

Está de más preguntar si le ha ido mucho mejor, pero ¿qué descubrimientos, logros personales y profesionales ha obtenido en su actual oficio?
El éxito y la fama no siempre son buenos, aunque agradezco a Dios esta etapa de mi vida; debo reconocer que fue muy dura y llena de mucha soledad, hasta que llego el Dr. Álvaro Skupin, mi esposo.

Vivir y trabajar en USA es como ir a una universidad muy exigente, este país es muy duro y difícil. Al emigrar perdí mucho, y a la vez aprendí mucho; perdí a mis amigos y el contacto diario con mi familia. Aprendí a defenderme y pelear por lo que quería, y no es, ni sigue siendo fácil. Logré que mi hija obtuviera una educación excelente y la oportunidad de penetrar al cine americano. Pero por haber podido estudiar donde estudio, esa era mi meta principal.

Los latinos en general me aman y hasta para la campaña del presidente Obama se me pidió que le grabara un anuncio apoyándolo. Aun así no he logrado lo que quería hacer. Nunca quise hacer un talk show, pero hacerlo me permitió educar y cambiar un tanto la vida de millones de personas. Eso creo que vine a hacer al mundo: educar y decir de forma sencilla y jocosa lo que para la mayoría es difícil de entender. Y fue Estados Unidos que me dio un escenario para ello.

En una entrevista, Midler aseguró que Hocus Pocus era su película favorita. ¿Cuáles son sus cosas preferidas?
Mi libro favorito es El Principito y en él se basa mi próximo libro sobre la pareja. Mi canción favorita es «Lucía» de Joan Manuel Serrat y la producción completa de Bachata Rosa, de Juan Luis Guerra. Soy su fan a morir. Me gusta la ropa diferente, que cuando yo entre a un lugar diga: llegué yo, y que nadie se parezca a mí. Me importa muy poco lo que está de moda, me pongo lo que me gusta y punto. Me encanta que me maquillen bien, Ralph y Catriel son mis preferidos.

Amo la comida china y me encanta viajar. Nueva York, Chicago, Paris y Barcelona, son mis preferidos.

¿Le han ofertado caracterizar a algún personaje en el teatro o el cine? Hice una obra en Puerto Rico: Las chicas del beauty, y tengo oferta para hacer La menopausia, el musical, en Miami y NY. Me han ofrecido hacer cine, pero no me ha gustado el personaje o el libreto; me encantaría si encuentro algo que me guste. Quizás ahora tenga tiempo.

A través del programa ¿Quién tiene la razón?, era amada y odiada. ¿Qué experiencias del público quedarán como un grato recuerdo? ¿Alguna negativa? Miles de personas por cartas, correos electrónicos y personalmente me dicen cuánto las ayudé, eso es lo más hermoso que llevo en mi mente. Aún soy amada, no son tantos los que me odian. Hace poco, en una farmacia se me acercó una empleada y tuvo 30 minutos peleando porque ya no estoy en el programa, y en las redes sociales no acaban de entender que yo me fui desde enero 31 de Venevisión/Univisión.

No volví a firmar mi contrato, aunque se me pidió seguir. Grabé dos meses sin contrato porque Venevisión necesitaba más shows y ellos se portaron muy bien conmigo, sobre todo Peter Tinoco, Francisco Arrieta e Ibis Ebro, mis jefes inmediatos. Tampoco tengo mal sabor con Univisión. Este tsunami/caos en la TV Latina obedece a muchas cosas, se trata de una crisis. Las experiencias negativas obedecen a ciertas personas, no al público ni a las instituciones en sí.

¿Piensa volver a la TV?
Claro que sí. Se llamará «Dra. Nancy» como mi programa de radio. También voy a hacer un programa semanal de sexo: «Dra. Nancy, más allá del sexo» y se llamará así en inglés (Dra. Nancy…beyond sex), lo que me permitirá hacer el Crossover al mundo norteamericano. Esa idea es de mi marido, el Dr. Álvaro Skupin. Me tiene fajada con el inglés.

¿Será la misma fórmula de los Talk Show?
Eso es lo que me piden y «Dra. Nancy» en la TV será un talk show diario. Estoy luchando para que sea de mayor calidad. En este medio lo que importa es el rating y a mí me interesa otra cosa. Hay que buscar el término medio.

Su trabajo es orientar a sus pacientes. Sin embargo, ¿cuál consejo se daría a sí misma? Disfrutar más de la vida, trabajar menos y darme la oportunidad de saborear lo que busqué por años: un compañero de verdad, mi amigo, mi amante, mi soporte emocional.

Créditos – 
Fotos: Ricardo Rojas
Manejo digital: Glennys Crisóstomo
Maquillaje: Mónika Mendoza
Peinado: Camelia Almonte
Aretes y collar: KB Accesorios
Vestuario: Confección de María Reyes

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