El presidente de la Conferencia del Episcopado, monseñor Gregorio Nicanor Peña, dijo ayer que “el cristianismo no es un lecho de rosas” sino “un campo de dolor porque así fue la vida de cristo”.
Durante la celebración de un día de reflexión y crecimiento espiritual, ayer en el Centro Olímpico, el obispo de la Diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia, explicó a los presentes que el dolor y el sufrimiento para el cristiano es un signo de redención.
El retiro cuaresmal organizado por el Ministerio de Liberación y Sanación, Corazón Misericordioso de Jesús y los Misioneros Carmelitas de la Misericordia, tuvo por objetivos otorgar a los peregrinos de la Diócesis de Santo Domingo un espacio para reflexionar sobre la fe cristiana. Esa actividad se viene realizando desde el 2004 en el período de la Cuaresma.
“Nosotros tenemos que aprender a soportar el dolor y el sufrimiento, porque el dolor para el cristiano ya no es más una maldición, no es más un castigo, para el cristiano es un signo de redención”, expuso Nicanor Peña durante la eucaristía.
“Todo el que quiera seguir a Cristo tiene que aceptar el camino. El único camino que hay para la salvación, para la redención, es el sufrimiento”, agregó.
Los organizadores de la actividad aseguran que “hoy en día se necesita reflexionar y asumir los sanos valores que pueden ayudar a caminar en la verdad, la justicia y la solidaridad”.
Explicaron que esos valores hay que empezar a vivirlos en el ámbito familiar y luego ponerlos de manifiesto en el lugar donde se encuentre la persona.
“El hombre necesita tener una experiencia con Dios en su vida, que le lleve a proclamar la grandeza de Dios sin miedo y dando testimonio en medio de la tiniebla que envuelve al mundo, llevándole por el camino equivocado, el de la muerte espiritual”, refirió el Ministerio de Liberación y Sanidad.
Señalan, además, que la soberbia no conduce al hombre a la felicidad.
