Nadie duda de su belleza, de la gracia natural que tiene en tarima (todavía muchos suspiran con el recuerdo de cómo se quitó el pareo con tanta determinación), pero lo que sí estaba en duda es de si cantaba o no. Y bueno, el pasado sábado como contraparte local en el concierto “Juntos en concierto” de Marc Anthony y Chayanne, Amelia cantó.
Lo de si bien o mal, aún se está discutiendo. Luciendo más sexy que nunca, cual bailarina de Belly Dance, trató de usar su belleza como gancho, cosa que conquistó a algunos y desilusionó a otros.
En el aspecto vocal lució segura y hay que reconocer que no hubo desafino en su presentación. El hecho de que Yanina Rosado (la directora musical de Juan Luis Guerra y 4-40) la haya acompañado, de seguro fue un elemento que le aportó mucha seguridad. Sin embargo, hay que considerar muchos factores antes de comenzar a darle “tijera” a la señorita Vega.
Su propuesta aún es pobre, pues aunque tiene un disco en el mercado, lo único que ha sonado medianamente es su primer sencillo “Pasa un segundito”, con el que abrió la noche del sábado luego de la electrizante participación de Chayanne.
Al interpretarlo se le vio un poco más desenvuelta en tarima a pesar del poco espacio que le dejaron para moverse, (una cortina negra dividía el 80 por ciento del escenario, pues los técnicos montaban la banda de Marc, dejándole una pobre porción para su presentación). Fue evidente la poca experiencia para manejar esta situación pues en varias ocasiones hizo comentarios quejándose de la falta de espacio, lo que para algunos fue innecesario y le quitaron lucimiento a su presentación.
La segunda canción “Tú”, de su tío político Juan Luis Guerra, la canto a dúo con un corista, que si bien no quedó mal, la sigue atando a una carrera demasiado difícil de seguirle el paso. A nadie le cae mal que alguien como Juan Luis apadrine su carrera, pero en el caso de Amelia, lo que provocó fueron comentarios despectivos. “Ella ahora solo cantará canciones de 440”, fue un comentario repetido por el público asistente en el momento en que cantaba.
Al finaliza trató de conectarse con el público con un chiste de que necesitaba un celular para subir una foto a Twitter del que se confesó esclava, y recalcó lo orgullosa que estaba de representarnos, pero en verdad nunca logró conectarse con un público que la veía solo como un relleno.
Para finalizar “Tócame la Tambora”, con el que se le vió moverse y bailar. Luces y sombras tuvo su participación de 20 minutos en el que por ratos lo lograba y en otros no recibía respuesta alguna.
A mi entender, en el exterior como solista tiene más futuro, pues en ocasiones los dominicanos solemos ser muy escépticos a la hora de aceptar un cambio de carrera, y Amelia, quiere ser más que una reina de belleza.
Sí República Dominicana le va a dar el chance aún está en veremos. Pese a todo, ella parece no perder la ilusión. Le preguntamos en su cuenta de Twitter @ameliavega cómo se sintió durante su presentación y su respuesta fue: feliz.
