En la primera reacción oficial de Estados Unidos, el presidente Barack Obama dijo que está profundamente preocupado por la decisión del Ejército de Egipto de derrocar al presidente Mohamed Morsi y suspender la Constitución.
En una declaración escrita, Obama exhortó a los militares a respetar los derechos de todos los hombres y mujeres egipcios y a permitir que se oigan las voces de todos los manifestantes, incluidos los que apoyaron a Morsi.
Obama agregó que había solicitado una revisión de la ayuda estadounidense a Egipto. Según la ley de EE.UU., Washington debe suspender la ayuda externa a cualquier nación cuyo mandatario electo sea depuesto en un golpe, aunque el comunicado de Obama no usó esa palabra.
También exhortó a todas las partes a evitar la violencia y a unirse para asegurar una restauración duradera de la democracia egipcia y el regreso a un gobierno civil.
En otro orden de cosas, Gehad El Haddad, portavoz de los Hermanos Musulmanes, informó a través de la red social Twitter que el depuesto presidente Morsi se encuentra bajo arresto domiciliario, sin dar más detalles.
Las fuerzas de seguridad egipcias también arrestaron a dos importantes líderes de la organización. Según funcionarios, Saad al Katatni -jefe del ala política- y Rashad Bayoumi, vicepresidente del movimiento, fueron detenidos.
Mientras tanto, cuatro partidarios de Morsi perecieron el miércoles por la noche en enfrentamientos con el ejército y la policía en la ciudad occidental de Marsa Matrouh.