A veces somos presa fácil de gente habilidosa y de situaciones contradictorias e incómodas que nos acusan en terrenos donde nos encontramos indefensos. Son esos momentos en los que miras hacia atrás y no sabes exactamente que pasó, sólo sabes que desde que todo sucedió, ya nada volvió a ser lo mismo. No obstante, también a causa de ello, son muchas las cosas que nos son reveladas y que de no ser así jamás conoceríamos, algunas buenas y otras no tan buenas.

El precio de tales lecciones es alto, al punto que a veces sólo podemos pagarlo por etapas. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga, todo obra para el bien de quienes aman a Dios, ¡y Dios sólo hace obras maestras!