Hasta el momento en que estoy escribiendo estas líneas, todo había transcurrido en orden y disciplina en las votaciones internas para escoger los nuevos miembros del Comité Central del PLD.
Tal y como todos habíamos previsto, las querellas no pasan de escaramuzas menores, confirmando que el partido morado mantiene su disciplina interna, acatada con truños y/o sin truños, pero disciplina al fin.
Lo que sí observé es que por ser tan grande la boleta y tantos los aspirantes, la selección de cada votante se llevaba más tiempo de lo previsto y eso podría haber ocasionado algunos inconvenientes menores.
En el caso de Nueva York y Nueva Jersey, las votaciones fueron pospuestas por la comisión organizadora debido a que, por las inclemencias del tiempo, no fue posible montar adecuadamente la logística para que pudiera votar el mayor número posible de compañeritos.
Con eso, los ánimos y cabildeos han de extenderse por esas ciudades. Felicidades a los agraciados…
Los reformistas
Hace pocas horas me confió un amigo reformista que “por más contradicciones y diferencias que veas que surgen entre nuestros altos dirigentes, no hay que preocuparse porque nos entenderemos”. Y agregó: “Todos sabemos que sin acuerdo no hay partido, que debemos llegar a un consenso para que nuestra organización siga existiendo”, y concluyó con este martillazo: “Todo ese aparataje que ves en los medios dizque convocando reuniones, sugiriendo métodos para las votaciones en la asamblea del 26, diferencias por el número de delegados, y hasta pedido de cuentas por el manejo de los recursos del partido, todo eso es bulto, sugestión pantera, pues los primeros que saben que hay que llegar al día de la asamblea con una posición de consenso son los mismos que están resabiando ahora”.
Lo que ocurre, me indicó marginalmente mi amigo reformista, “es que en este partido si no es desde posiciones de fuerza no se negocia con posibilidades de éxito”. Entre reformistas te veas…
