Y aunque pienses que “este es un país que no merece el nombre de país, sino de tumba, féretro, hueco o sepultura”. Y aunque pienses que la República Dominicana vive en el ropaje de una fatua modernidad que le viene demasiado ancha. Y aunque pienses que un pueblo envilecido en la pobreza no puede ser garantía de una auténtica democracia… Con todo y eso, nos salva pensar que lo que sucede es un nuevo punto inicial que nos obliga con terquedad irrenunciable a sostener en alto la esperanza.
Otro punto inicial
Y aunque pienses que “este es un país que no merece el nombre de país, sino de tumba, féretro, hueco o sepultura”.…