Hace seis meses que el Ayuntamiento del Distrito Nacional anunció la instalación de una malla metálica en el río Ozama para retener y extraer los desechos sólidos del afluente.
A la fecha, varias zonas del río, próximas al puente flotante, lucen como una alfombra verde llena de lilas y desperdicios sólidos.
Los desperdicios afectan la imagen de la ciudad ante los turistas que visitan el país durante la temporada de cruceros que inició en octubre del año pasado y culmina en el mes de mayo.
De hecho, esta constituye la primera impresión que tienen los extranjeros de la ciudad y una de sus principales quejas, según los guías turísticos.
Los guías aseguran que los cruceristas se quejan al observar la gran acumulación de desperdicios en el acuífero.
El artefacto para reducir la presencia de desperdicios en el río Ozama, que estaría compuesto por tres mallas de acero sería colocado en el canal central del río y otros dos en los laterales derecho e izquierdo del puente flotante de la avenida del Puerto.
Según declaraciones del alcalde Roberto Salcedo, contribuiría a extraer el 90 por ciento de la basura que se vierte en el río Ozama.
El ejecutivo municipal expresó en aquel entonces que diariamente un personal compuesto por brigadistas del Ayuntamiento del Distrito y buzos del Cuerpo de Bomberos sería dispuesto en el lugar para retirar los desperdicios sólidos y lilas recolectados.
Ausencia de trabajadores
Sin embargo, ayer durante un recorrido en bote por las contaminadas aguas del Ozama, reporteros del diario elCaribe observaron que ningún personal realizaba estas labores.
El presidente Danilo Medina ha dicho en reiteradas ocasiones que aspira crear las condiciones para aumentar a 10 millones la cantidad de turistas que visitan la República Dominicana.
