Nueva York.- A estas alturas de temporada, Marcell Ozuna no se imaginaba que después de vivir una pesadilla en el 2015, volvería a resurgir con su bate; y, mejor aún, que llegaría a su primer Juego de Estrellas en las Grandes Ligas.No sólo ha sido uno de los bateadores más calientes de los Marlins de Miami en esta campaña, con promedio de .307, 17 jonrones y 47 impulsadas antes del Juego de Estrellas, sino que también se ha ganado el mérito en cuanto a la defensa se refiere desde el primer día inaugural. “Ozo es increíble”, dijo su compañero de los Marlins, Giancarlo Stanton. “Y esto es sólo el comienzo para él”, agregó.
Hace un año, Marcell se encontraba en Ligas Menores, lidiaba con el sobrepeso y su nombre sonaba en las conversaciones de comercio durante el invierno. Ozuna, claramente, no es el mismo jugador. “Trabajé la temporada muerta, me esforcé, y creo que eso ha sido la clave para estar donde estoy ahora. Gracias a Dios, ese es el éxito que he tenido hasta la mitad de la temporada”, dijo Marcell a elCaribe.
Durante su trayectoria de cuatro temporadas en Las Mayores nunca había coqueteado con una primera mitad tan exitosa como esta, que lo llevó al Clásico de mitad de campaña. “Hasta el momento creo que ha sido la mejor temporada de mi carrera”, dijo Ozuna, con una sonrisa dibujada en su rostro.
El jardinero dominicano considera que el resurgir de su carrera se lo debe, en parte, a lo que ha aprendido del entrenador de bateo Barry Bonds, en esta temporada. “Barry me ha demostrado que es una persona que quiere que tenga éxito, y confió mucho en mí. Le doy las gracias a Dios y a él por tener la confianza en mí”, manifestó el patrullero central, quien fue el bateador más caliente en la Gran Carpa, con un promedio de .411 en el mes de mayo. A su lado, Ozuna tiene uno de los mejores bateadores en la historia del béisbol, y desde que se enteró que Bonds sería el coach de bateo de los Marlins, dice, entendió que no podía desperdiciar una oportunidad así.
“Me ha ayudado mucho a reconocer lo lanzamientos, la zona, a seleccionar los lanzamientos adecuados, sobre todo la paciencia “, indicó el quisqueyano.
Ahora, con su primera visita a un Juego de Estrellas y con el inicio de temporada que materializó, el nativo de Boca Chica sólo espera terminar mejor que como empezó y en óptimas condiciones.
“Mi meta es seguir haciendo el trabajo y ayudar a mi equipo”, enfatizó Ozuna sobre el equipo de la Ciudad del Sol, que se encuentra empatado con los Mets de Nueva York en la segunda posición de la División Este de la Liga Nacional, con récord de 49-42, sin incluir la jornada de ayer. Los Mets iniciaron una serie ante los Cachorros de Chicago, mientras que los Marlins lo hicieron frente a los Filis de Filadelfia. A Ozuna tampoco le preocupa que su nombre suene entre posibles cambios.
“Estoy listo para lo que sea. Por ahora, estoy enfocado en divertirme en el juego”, sostuvo.
