Pablo Ureña: Una labor de entrega por la niñez

 El pastor Pablo Ureña ha sido aliado de los más necesitados, en especial de la niñez que habita los barrios del sector Cienfuegos, el más poblado del municipio de Santiago.Se ha empoderado de la lucha de la niñez sin dolientes,…

 El pastor Pablo Ureña ha sido aliado de los más necesitados, en especial de la niñez que habita los barrios del sector Cienfuegos, el más poblado del municipio de Santiago.

Se ha empoderado de la lucha de la niñez sin dolientes, especialmente de la empobrecida comunidad de Santa Lucía, también conocida como La Mosca, donde ha establecido el programa “Niños con una Esperanza”, en el que educa, alimenta y ofrece servicios de salud a 282 ninos, niñas y adolescentes rescatados del vertedero de Rafey, lugar donde trabajaban como buzos en busca de objetos que luego vendían para sobrevivir y ayudar a la familia en su lucha diaria por la subsistencia.

A Ureña se le ha visto denunciar las injusticias, reclamar el saneamiento ambiental de estos barrios, por donde corren las aguas residuales, abunda el lodo o el polvo en sus calles y hay un alto índice de promiscuidad y violencia.

También ha implorado por mejores atenciones al subcentro de salud, que debe garantizar atenciones médicas a más de 200 mil personas que habitan el sector.

Un luchador
El pastor Pablo Ureña ha luchado por espacios para el deporte y por mejores centros educativos. Además, ha sido un defensor de los adolescentes víctimas del engaño de personas adultas que se dedican al proxenetismo, y ya son muchas las denuncias por las que ha dado la cara para garantizar paz y tranquilidad en la familia.

Ureña ha encabezado las más variadas y creativas protestas, siempre en el marco del respecto, pero con el objetivo de llamar la atención de las autoridades que no han atendido las necesidades de los más necesitados.

Ha rechazado que la juventud se involucre en juegos de azar, a través de las máquinas tragamonedas o en un billar.

Es una voz que denuncia los actos de vandalismo que afectan a su comunidad, donde ocurren constantes balaceras que ponen en riesgo la vida de los que buscan, de manera errada, recuperarse del atraso en que les sume la pobreza.

Esto le ha valido amenazas y algunos atentados contra la propiedad.
Nacimiento de programa

Pablo incursionaba en los negocios de gomas, tienda de repuestos, distribuía pollos y en su contacto con estos sectores vulnerables se percató de las necesidades de los niños que se involucraban en el trabajo infantil, en un lugar que los conducía a una mala formación como persona. Fue así como decidió emprender su rescate para incorporarlos a una mejor forma de vida, donde se les garantizaran sus derechos.

Comenzó a trabajar con 50 niños, en un pequeño local que construyó con gente de la comunidad, en un espacio de 75 metros cuadrados. Hoy tiene 282 niños y una infraestructura montada en 3,500 metros cuadrados.

Desde el año 2003, cuando nació la fundación “Niños con una Esperanza” ha beneficiado a 1,300 niños en las áreas de educación y alimentación; esta última incluye desayuno, comida y cena.

También les ofrecen servicios de salud con dos chequeos médicos al año, a través de la clínica Doctor Taveras, ubicada en el ensanche Libertad, donde se les ofrece consultas gratuitas.

Este programa se ha sustentado con ayuda internacional, pero la mayoría son transitorias, ya que son organizaciones que se trasladan hacia otros pueblos del mudo, donde también existen necesidades.

Desde hace cinco años cuentan con el apoyo de la organización Transhmountain, pero ésta se ha ido desmontando, por lo que se hacen gestiones para buscar otros respaldos.

Durante 11 años han tratado de que el Gobierno le reconozca como ONG y han enviado toda la documentación que se les ha requerido, pero a pesar de esto y de la labor que realizan no lo han logrado. En todo este tiempo, de acuerdo al pastor, solo han logrado que el Ministerio de Educación les supla el desayuno escolar y pague una directora ejecutiva.

“Algunos políticos se nos acercan, nos hacen promesas que nunca cumplen”, dijo Ureña.

Cienfuegos, uno de los sectores más poblados y donde abunda la pobreza, cuenta con 42 sectores, 15 de los cuales están completamente abandonados, tanto por el Gobierno Central como por la Alcaldía del municipio.

Esto lo ha hecho involucrarse en diversas protestas, mayormente vigilias, con las que buscan llamar la atención y traer respuestas. 

Buscan que la educación sea más equilibrada

Además de leer, escribir, alimentarlos y garantizarles salud, en el programa “Niños con una Esperanza” se involucra la parte espiritual de los niños, a través de la lectura de La Biblia; y la parte patriótica, con la lectura de la Constitución.

Con esa acción buscan que los niños y niñas conozcan sus deberes y derechos.

Además, ayudan con las tareas, pero involucran y comprometen a los padres, con los que se reúnen dos veces por mes, para lograr que estos niños y niñas sean hombres y mujeres que puedan servir a los mejores y más sanos intereses de la sociedad.

“Muchos de los niños rescatados habían dejado la escuela, porque su prioridad era trabajar”, aseguró Ureña. Pero esta no ha sido la única misión que le ha tocado librar durante sus años de entrega a este programa, ya que también ha tenido que buscar hogar para los 10 niños que han sido abandonados por sus padres.

Desde hace ocho meses cuidan de uno que llegó muy enfermo y al que han tenido que dar cuidados especiales para mantenerlo con vida. El pastor Ureña se siente contento porque la salud del niño ha mejorado y espera de que pronto pueda tener un hogar donde también pueda sentir afectos.

 

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas