Teodora Montilla es la madre de un joven de 22 años que padece insuficiencia renal. Cada mes, su vástago debe inyectarse una ampolla que cuesta RD$12,500, que no puede costear.Cuenta que desde que su hijo fue diagnosticado con la enfermedad, creyó que era el final de su vida. Sin embargo, en su desesperación se le ocurrió buscar ayuda a través del Programa de Medicamentos Protegidos para Enfermedades de Alto Costo, que ejecuta el Gobierno vía Salud Pública. Desde hace seis meses, Teodora se traslada desde Haina hasta Santo Domingo a recoger el medicamento, que según dice, nunca le ha faltado.
Mercedes Taveras es otra beneficiaria. Asegura que tiene garantizado el medicamento para su padre, una ampolla que cuesta en laboratorio RD$27,000, y que debe inyectarse cada tres meses para tratar la adenocarcinoma de próstata que padece. “Mi papá se hubiese muerto hace tiempo si no hubiésemos conseguido esta ayuda, porque qué pobre tiene para conseguir todo ese dinero cada tres meses”, aduce la dama, mientras retira por ventanilla el fármaco de su pariente.
Estos dos testimonios forman parte de los 5,671 pacientes afectados con hepatitis B y C, pubertad precoz, trasplante de riñón, cáncer de próstata, diálisis, artritis, hormona de crecimiento, renal crónico, psoriasis, y otros males oncológicos, que son beneficiados con medicamentos gratis para tratar su enfermedad.
Las sillas colocadas en el área donde se retiran los medicamentos permanecen ocupadas por personas que van a nombre de sus parientes enfermos en busca de lo que llaman la ayuda más gratificante que alguien pueda conceder para menguar el dolor.
Para este año, el Gobierno tiene presupuestado alrededor de RD$1,500 millones para subsidiar el programa. Las personas que acuden en busca de la ayuda oficial, deben reunir las condiciones establecidas por la entidad, la principal: ser pobre.
Los interesados deben solicitar la ayuda por escrito a la dirección del Programa de Medicamentos Protegidos, anexando su historial médico, prescripción del fármaco, copia de cédula del solicitante o un representante si es menor de edad.
Si la persona tiene seguro médico, sin importar cuál sea, debe dirigirse a la Dirección de Información y Defensa de los Afiliados de la Seguridad Social (Dida), para que le otorguen la certificación de no cobertura de medicamentos. Dependiendo del costo del tratamiento, desde Salud Pública se realiza una visita domiciliaria al solicitante a fin de evaluar su condición socioeconómica y aprobar o no la solicitud.
“Ventanilla única”
Tradicionalmente, muchos de los medicamentos para enfermedades crónicas y catastróficas se entregan de manera directa a los hospitales públicos, pero tras denuncias de mal manejo, Salud Pública ha decidido manejarlo de manera directa a través de una “ventanilla única”, a fin de tener mayor control y hacer eficiente este servicio.
Roberto Peguero, viceministro administrativo, afirma que el nuevo plan de entrega incluye la carnetización de los beneficiarios y la instalación de un software, que permitirá a Salud Pública tener la información del paciente que buscará el medicamento indicado. Parte de los carnets están listos y serán entregados a los beneficiarios en los próximos días. “Lo que está tratando es de eficientizar el uso de estos medicamentos y poder establecer un mecanismo de control”, afirmó el funcionario.