Desde que Frank Rainieri habló en la Cámara de Comercio sobre turismo hace 16 años, la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores) no había vuelto a dirigirse al país desde ese reputado foro. Esta vez ocupó el podio Julio Llibre, empresario turístico que llegó a la presidencia de Asonahores con un importante background en la banca y las finanzas, y conocedor de los secretos y la evolución de la economía dominicana.
Llibre planteó de una manera muy precisa el carácter transversal del turismo por su incidencia directa e indirecta con todos los sectores productivos, y en el presupuesto de la nación, a pesar de que desde instancias del Gobierno se insiste en que el turismo no aporta al fisco.
Expuso de manera llana, primero las circunstancias históricas y las razones por las que el turismo es hoy la actividad central de la economía, y segundo, las amenazas y oportunidades que están presentes en el panorama actual.
Para lo más importante de cuanto se dijo en la Cámara Americana es que Asonahores asume el reto lanzado por Danilo Medina para organizar la casa y lograr la meta de traer 10 millones de turistas en los próximos 10 años; y la decisión de esta entidad de proponer al presidente electo un pacto para diseñar un plan de desarrollo turístico a 10 años, con objetivos de largo plazo coherentes con la ley de Estrategia Nacional de Desarrollo, que defina las acciones a ejecutar de inmediato para restablecer la competitividad de la economía y del turismo.
Como complemento de esto, Asonahores rescata su cacareada propuesta para crear un Consejo Nacional de Desarrollo Turístico, encabezado por el Presidente de la República para dar seguimiento a los compromisos pautados en dicho plan; con la participación de las instancias estatales y privadas relacionadas con el sector, colectivo que superaría por mucho el Consejo de Asesores creado por el presidente Hipólito Mejía (que tuvo un corto vuelo) y el Gabinete Turístico estatuido por el presidente Leonel Fernández (que nunca funcionó).
Asonahores ya había declarado su disposición a colaborar con los planes de Medina, pero esta vez escogió un importante foro para enfatizar y asegurar que está preparada “para dar la mano y asumir el reto que fijó el presidente electo”; y afirmó que el sector “está dispuesto a hacer todo lo que le corresponda para lograr esa meta. Y eso significa trabajar sin desmayo, acopiar capital, y proveer la habilidad gerencial necesaria”.
Para no dejar lugar a dudas, Llibre despidió su charla con el siguiente párrafo: “Ofrecemos nuestra colaboración total y sin condiciones a las nuevas autoridades para desarrollar el plan consecuente y para darle expresión práctica”.
