El presidente danilo medina reiteró ayer en la asamblea general de las Naciones Unidas algunas aproximaciones a sus convicciones acerca de la necesidad de que los países adopten políticas para promover la equidad social, que la mayoría de la población tenga acceso a los servicios que garanticen el desarrollo de una vida sana.
Puso empeño en demostrar que los parámetros de los organismos internacionales para medir el grado de desarrollo relativo de un país en función de los ingresos promedios sólo conducen a implantar políticas que profundizan la exclusión social.
El planteamiento es oportuno, porque República Dominicana ha sido reclasificada como país de ingreso medio alto, en atención al crecimiento del Producto Interno Bruto, sin considerar que no siempre ese resultado está orientado a disminuir las inequidades, y por extensión, a mejorar la calidad de vida de la gente.
Lo que está reconociendo el presidente Medina es que República Dominicana, pese a ese crecimiento, tiene una población con más del 60 por ciento en la pobreza y que ese desempeño no está necesariamente asociado al bienestar de la población.
La riqueza se queda en pocas manos. Tremendo drama que los dominicanos deben superar, que los organismos internacionales deben comprender, de modo que flexibilicen sus políticas de cooperación para los programas de lucha contra la pobreza y la superación de las injusticias sociales.
Por eso, celebramos que sin sonrojarse, el presidente Medina reclamara que “los organismos financieros internacionales asuman con mayor entusiasmo y comprensión nuestros esfuerzos para romper el círculo vicioso de la pobreza y la exclusión social como base para el desarrollo”.
También aplaudimos su disposición de “reorientar nuestros patrones de inversión y nuestras políticas públicas para promover la equidad y la inclusión social de los grupos más vulnerables”.
Un discurso muy comprometido y conmovedor. Falta que esté acompañado de acciones prácticas. Estamos en la víspera para definir el nuevo presupuesto y con el mismo un ajuste fiscal.
Sus palabras están a prueba. El país espera.