País turístico

Recientemente el arzobispo de Santiago, mi estimado amigo Ramón Benito de la Rosa y Carpio, sin lugar a dudas un pastor católico con plenitud de conciencia sobre las realidades del turismo, dedicó su interesante columna diaria “Un Momento”…

Recientemente el arzobispo de Santiago, mi estimado amigo Ramón Benito de la Rosa y Carpio, sin lugar a dudas un pastor católico con plenitud de conciencia sobre las realidades del turismo, dedicó su interesante columna diaria “Un Momento” a llamar la atención del país sobre su relación con el turismo y la tituló “País Turístico”.

¿Qué tanto hemos asumido los dominicanos nuestra condición particular de país turístico? Me he hecho esta pregunta cientos de veces en los últimos 30 años y en estos momentos, al reflexionar sobre ello, me queda la sensación de que si bien avanzamos, nos queda un largo trecho por recorrer. Se percibe que aún es extendida la creencia de que el turismo es una cuestión de empresarios que construyen hoteles y crean otros negocios turísticos y ganan un buen dinero a espaldas de la sociedad, y por lo tanto lo que ocurra en bien o en mal es su problema.

 Pero una cuestión que hace complejo el fenómeno turístico es que el éxito y la sostenibilidad en el tiempo de esta actividad, están íntimamente vinculados a la actitud de las personas que residen en una región o país turístico. Sólo las sociedades que aman y cuidan su país, sus recursos naturales, su legado histórico, su cultura, sus tradiciones… logran una industria turística sostenible.

¿Qué tanto amamos los dominicanos nuestro país? No lo aman quienes llenan las calles de basura; tampoco quienes convierten nuestras ciudades en lugares imposibles por el ruido, o caóticas con el desorden del tránsito; o los que incumplen las leyes, apoyan el tráfico de drogas, la corrupción, el desorden… tampoco quienes degradan el sistema educativo, dañan el medio ambiente, o aprueban actividades y construcciones contradiciendo las normas… Me identifico con el citado artículo de Ramón y para llamar la atención sobre sus reflexiones, lo reproduzco a continuación:

Conviene de vez en cuando recordar que República Dominicana, isla del Caribe, es un país que a la corta o a la larga, poco a poco, más tarde o más temprano se va convirtiendo en un país eminentemente turístico, y que las condiciones geográficas, las riquezas que este país ha recibido, lo orientan a hacer del turismo un importante renglón de su vida, de ahí que todos hemos de sentirnos responsables del turismo en la República Dominicana.

Responsables los economistas, responsables los políticos, responsables los religiosos para ofrecer una adecuada pastoral turística que acompañe el turismo y pueda ser realmente una acción noble y digna en la República Dominicana, responsables todos los dominicanos, responsables también los sindicalistas.

República Dominicana, como país turístico, pide que todos nos sintamos responsables en el área que nos corresponde, para que realmente pueda ser -en ese sentido- lo que tiene y debe ser. l

Sólo las sociedades que aman y cuidan su país, sus recursos naturales, su legado histórico, su cultura, sus tradiciones… logran una industria turística sostenible.”

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