Para la mujer: un beso y una flor

Navidad, tiempo de dar, tiempo de darse. Aprovechemos esta temporada para desagraviar a la mujer y repararle su dignidad porque no hay quien merezca…

Navidad, tiempo de dar, tiempo de darse. Aprovechemos esta temporada para desagraviar a la mujer y repararle su dignidad porque no hay quien merezca más que ese ser, esencia de la familia, en cuyas entrañas fuimos concebidos y alimentados con incomparable amor.

Renovemos los sentimientos de cariño y respeto a la madre, la esposa, la hija, la nieta, la hermana, la prometida, la compañera, la amiga, la doméstica, la maestra, la secretaria. Tributemos lo mejor a la mujer porque ella encarna la ternura y la sal de la vida, sin cuyo complemento la existencia sería un insufrible vacío.

Toda persona, por más desalmada que sea, tiene algún rasgo de generosidad, y en honor a esa virtud, que todo ser humano es capaz de experimentar, debe jurar respeto a la mujer y no herirla ni maltratarla jamás ni con el pensamiento.

Para todas las mujeres del mundo, siempre admirables por su espíritu de amorosa entrega, con todo el corazón, ofrecemos las expresiones más genuinas del amor  y la belleza: un beso y una flor.

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