Parejas interculturales: ¿un gran reto?

La diversidad cultural no debería asustarnos. Cuando intercambiamos con personas de otras culturas nuestras fronteras mentales se ensanchan, nos enriquecemos y crecemos en entendimiento. El mundo se nos hace grande y ampliamos el espectro de nuestra&#823

La diversidad cultural no debería asustarnos. Cuando intercambiamos con personas de otras culturas nuestras fronteras mentales se ensanchan, nos enriquecemos y crecemos en entendimiento. El mundo se nos hace grande y ampliamos el espectro de nuestra común condición humana.

El encuentro de pueblos e individuos ayuda a valorar positivamente las diferencias si no nos encerramos en la prisión de nuestras opiniones y prejuicios. Reconocer lo mejor de otras culturas es el camino a la paz y la buena convivencia, lo cual es mil veces preferible al miedo, la desconfianza y el antagonismo o la guerra entre razas, etnias, religiones y sexos.

“La clave para que haya un respeto mutuo es una flexibilidad enriquecedora”, tal y como lo expresa Huberto Bogaert, psicólogo, a quien abordamos para profundizar sobre los pros y los contras que podrían matizar unas relaciones de parejas multiculturales.

¿Cómo llevar una relación de pareja entre personas de diferentes culturas sin que esas diferencias representen una amenaza para la convivencia?
En toda relación de pareja, de trabajo, donde intervienen actores de diferentes culturas, la posibilidad de incomunicación y el enriquecimiento de la comunicación es mayor porque hay un fenómeno de transculturación, aunque usualmente el término de transculturación o aculturación alude a procesos macro sociológicos tecnológicos, incluso a ese nivel micro se da una transculturación. Eso significa que la comunicación por el condicionamiento cultural, por la diferencia en la manera en cómo las personalidades se organizan y se han estructurado en cada cultura la comunicación se hace más difícil. En la medida en que se superan esos obstáculos la comunicación se enriquece. Un fenómeno análogo ocurre en esas sociedades donde los niños tienen usualmente la obligación de aprender varios idiomas; por ejemplo, en Bélgica, donde hay un grupo étnico neerlandés y un grupo étnico francófono, pero la mayoría de los estudiantes habla inglés, los niños tienen que aprender mínimamente dos o tres idiomas. A los niños fruto de dos lenguas diferentes se les hace difícil acceder a una lengua matriz, porque sus padres pertenecen a dos mundos lingüísticos distintos. Esos son niños que pueden tener dificultad con el lenguaje, pero pueden también tener una capacidad mental sumamente rica, porque piensan conforme a dos lenguajes distintos.

Entonces el matrimonio o la relación con un extranjero puede resultar difícil, pero a la larga puede ser enriquecedora, porque la cultura, el idioma materno propio único da seguridad, facilita la comunicación, pero limita la visión de las cosas. Muchas veces uno se siente cómodo viviendo, hablando o trabajando con una persona que tiene su mismo lenguaje, su misma cultura, pero esa comodidad implica también limitaciones porque hay toda una serie de sobreentendidos culturales que hacen que la comunicación fluya, pero al mismo tiempo ese fluir impide que ciertos matices se escapen.

Cuándo hay diferencia de valores, religión, principios, ¿que recomienda?
Lo primero es un respeto mutuo, pero al mismo tiempo abrirse al cambio porque muchas veces las personas se aferran a sus creencias por temor a que el otro que no comprende esas creencias no sea empático con ese punto de vista, y eso no quiere decir que no tengan un valor, tienen un valor importantísimo, pero están sujetas a cambios a modificaciones, entonces pasa lo mismo que pasa con el idioma. Una creencia religiosa es una convicción profunda que le da a la persona un fundamento en sus actuaciones que le permite escapar hasta cierto punto de la incertidumbre cotidiana, por eso es un ancla importante. A veces hay que soltar el ancla, lo que no significa abandonar la religión, sino abrirte a otros puntos de vistas porque en la medida que las sociedades se globalizan lo que uno observa es que los radicalismos religiosos traen como consecuencia un fundamentalismo que hace la vida social sumamente ingrata. Entonces, abrirse no quiere decir abandonarse a lo suyo, abrirse a otra cultura a otro idioma a otras religiones quiere decir ser empático. ¿Qué sucede cuando nos sentimos amenazados en nuestras convicciones? Nos cerramos, nos bloqueamos con respecto a todo lo que se nos dice y eso crea una defensa sumamente difícil de vencer. La clave para que haya un respeto mutuo es una flexibilidad enriquecedora, porque si tú eres católica y tu esposo es budista oír el punto de vista del budismo cuando tú estas amenazada te puede hacer sentir en peligro, pero cuando tú eres respetada por tu esposo budista tú puedes ver tu misma creencia desde otra óptica y te vas a dar cuenta que hay muchos elementos en común entre el budismo y el catolicismo y que al fin y al cabo todas las religiones tienen un elemento compartido, o más de uno.

Entre dos culturas diferentes, ¿cuál sería el mayor obstáculo?
Eso va a variar de acuerdo con la cultura. Por ejemplo, un obstáculo muy frecuente es cuando una cultura se cree, se considera o tiene motivos para pensar que es superior. En ese caso la cultura que se considera superior en términos de civilización, absorbe, elimina y destruye la otra cultura, como pasó en América con la cultura taína, como pasó en los Estados Unidos con la cultura indígena, que los colonizadores absorbieron, sin embargo, no siempre ocurre así. A veces hay culturas vencidas que desde el punto de vista cultural triunfan. Por ejemplo, Roma conquistó a Grecia, pero la cultura griega venció a los romanos y los romanos la asimilaron. Incluso, entre nosotros, que somos fruto de una población hispánica que coloniza nuestra isla, elimina a los taínos y luego importa esclavos africanos. Esos esclavos, aunque pertenecen, aparentemente, a una sociedad tecnológica culturalmente inferior, no fueron vencidos porque muchos rasgos de la familia matri focal dominicana pertenecen a la cultura africana. Muchos ritmos y rasgos de nosotros son afroamericanos, de manera que nosotros no somos afroamericanos solo porque hay un componente negroide o mulato en nuestra población sino porque nuestra cultura es afroamericana. No creo que la cultura afroamericana haya sido vencida por la hispánica. Hay que ver hasta qué punto la transculturación es equidistante y hasta qué punto una cultura absorbe a la otra.

¿Es más enriquecedora que limitante?
Puede ser enriquecedor y puede ser limitante cuando uno de los actores elimina al otro y se empobrece sin darse cuenta. Eso es algo parecido a lo que ocurre cuando se cruzan personas de la misma familia, los genes pertenecientes a una misma familia se van debilitando cuando se juntan personas de familias distintas los genes van fortaleciéndose porque las debilidades se compensan. El cruce intercultural puede ser enriquecedor. Se debilita cuando una parte somete a la otra absolutamente. Si la somete y no desaparece permanece como un grupo étnico marginal o como una esposa o esposo marginal y en ese caso hay uno que sufre y otro que se somete. Cuando hay una víctima y un victimario incluso el sometedor es un perdedor.

¿Deben establecerse condiciones?
Esas condiciones previas son buenas porque evitan problemas. Pero cuando esas pautas involucran a la personalidad en su condición más frágil no siempre los acuerdos se respetan y entonces intervienen actitudes, motivaciones, creencias personales, convicciones intimas que a veces no se manifiestan en los pactos aclaratorios iniciales, sino que vienen aparecer luego.

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