Pasarse 130 minutos en una oficina de EDESUR

9:24 a.m. Es lunes y una leve llovizna se cierne sobre la ciudad de Santo Domingo. La gente se mueve de un lado a otro en medio de los tediosos tapones.

9:24 a.m. Es lunes y una leve llovizna se cierne sobre la ciudad de Santo Domingo. La gente se mueve de un lado a otro en medio de los tediosos tapones. Se nota que es el primer día de la semana, momento escogido por muchos para hacer diligencias que van desde pagar tarjetas bancarias hasta saldar las facturas de servicios, como el agua, el teléfono y la luz. Es el caso de don Carlos.

“Explícale a ver, que nos busque en un récord, que vayan y miren todo lo que tenemos, que se fijen en el registro, porque esto no puede ser”. Le dice casi sin respirar y en un tono molesto a su mujer, a quien una representante de servicio al cliente de Edesur atiende.

Como buen dominicano, el hombre continúa parloteando con una señora que está sentada a su lado esperando turno. “Usted sabe lo que es eso, doña. Hace dos meses que las facturas estaban llegando de RD$58, parece que por error, pero el mes pasado nos llegó de RD$9 mil, yo no entiendo, uno no tiene la culpa de eso”.

Aparentemente hubo un error en la facturación y ahora le están cobrando los kilos de energía que se dejaron de registrar en el medidor. 800 kilos, dice la de servicio al cliente.

“Lo que pasa es que nosotros tenemos que pagar por todos los que se la roban”, prosigue el desahogo de don Carlos, quien no tarda mucho en dar un tinte político a su queja. “A que a Euclides Gutiérrez, ese dictador político de este Gobierno, no se la cobran”.

Después de mucho hablar, la pareja sale resignada de la oficina tras acordar abonar RD$2 mil a la deuda.

Luego entra una señora, que da los buenos días. “Hola” responde amablemente la joven que entrega los tickets, y quien se encarga de pulsar el panel electrónico porque todavía los clientes no se acostumbran al moderno sistema de asignación de turnos. Allí sólo hay que tocar la opción deseada y se genera un ticket que indica el número de mesa y el representante que le atenderá.

“¡Esta maldita vaina!” se le oye decir a un señor irritado, quién sabe porqué razón, mientras la joven de caja que le atiende, responde con paciencia: “Señor, tiene que aprender a escuchar”.

Cerca de las once, la oficina se llena y entra un hombre que va directamente a la caja. Cuando termina se encuentra con un conocido y se produce la siguiente conversación: “¡Oh!, muchacho, ná, que vine porque me llamaron, dizque me iban a embargar por una deuda de RD$3 mil, dizque porque la luz taba ilegal, que patatín, que patatán…”

El flujo de personas disminuye y el guachimán que custodia la oficina aprovecha para ajustar las cuerdas de su reloj. Así transcurren 130 minutos en una oficina de Edesur.

Sus oficinas son más confortables y modernas

En la caja, las cosas fluyen con agilidad con una que otra queja. No así en el área de servicio al cliente, donde llega la mayoría de los reclamos de los ciudadanos, bien sea por errores en la facturación, asignación de un mismo suministro para varios clientes, cortes irregulares, entre otros.

Contrario a las  oficinas de Edeeste, las sucursales de Edesur son más confortables y modernas.

Durante el tiempo que reporteros de elCaribe estuvieron en la oficina de esta Distribuidora de electricidad ubicada en la Plaza Metropolitana de la John F. Kennedy con Ortega y Gasset fueron atendidas 33 personas en caja que fueron a ponerse al día con el pago de su factura energética. 

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