Una vez más fueron los “Duros de Matar”.
Los Leones del Escogido se reencontraron con ese toque peligroso que los convierte en una fuerza indetenible para reír de últimos en la fiesta invernal dominicana.
Todo el crédito a los campeones.
Su dominio ante el Licey fue contundente y por ello sumaron el cetro 16 a sus arcas, que en los últimos siete años se han enriquecido con lo que verdaderamente importa en los deportes.
Por más que se teorice, nada se compara con ganar. Léalo bien: nada. Absolutamente nada.
Los seguidores rojos viven una época dorada, inolvidable, porque desde la campaña de 2009-10 hasta la fecha ningún conglomerado de fanáticos ha obtenido los derechos de blasonar y festejar como ellos.
Los directivos rojos no escatiman esfuerzos y han demostrado tener visión del negocio. Llegaron al una vez sufrido club a marcar una diferencia y así lo han ejecutado.
Moisés Alou, con un cuerpo de asistentes de mucha valía, donde están José Gómez y Francisco Busto, entre otros, se ha erigido en el dueño del negocio desde que asumió la gerencia de los rojos.
Usted puede estar o no de acuerdo con Moisés, igual que no siempre él estará de acuerdo con usted, pero el respeto siempre está ahí.
Sus jugadores mostraron una entrega absoluta y contrario a otros años, nadie en la cueva escarlata exhibió triunfalismo.
Cuando alguien intentaba desbordarse era llamado a capítulo. Los campeones celebran cuando toca.
El dirigente Luis Rojas, revestido con una educación digna de admirar, demostró que tiene madera. Es hijo del inmenso Felipe Alou, que no se diga más.
Apunte esto
Felicidades para Bienvenido Carmona y Freddy Tapia, dos que llevo en mi corazón, por la corona roja… Extiendo el mensaje a Leo López, José “Pío” Santana, César Daniel Medina y su corte (son todos príncipes)…No puedo dejar a los hermanos “Felito Music”, Enguel Santos, Iván Ortiz, Héctor (El Barry) Hidalgo y a Lenin Alvarado.. Lo admito, tengo muchos hermanos del lado rojo… Ahora hay que concentrarse en la Serie del Caribe y que la corona se quede en el país.
