La Conferencia del Episcopado Dominicano emitió un vibrante mensaje a la Nación con motivo de la Independencia Nacional, que celebramos el 27 de Febrero. Fue una enjundiosa pieza que viene a ser una aproximación bien afirmada de lo que podría considerarse como una doctrina de la Iglesia Católica sobre el compromiso que entraña ejercer la política en un país.
Un recorrido por la historia, un pensamiento filosófico sobre el valor de la política como instrumento para la acción social, una visión desde la óptica del compromiso y la responsabilidad ciudadana para mejorar, y especialmente, una convicción profunda de que la opción por una causa noble como es el servicio a los demás entraña un proceder ajustado a la ética.
Una carta pastoral sencilla, muy al día sobre los tiempos que nos toca vivir, marcados por los cambios, los movimientos migratorios, los impactos a los valores culturales y a la misma familia, las amenazas de la criminalidad, el individualismo y las aberraciones de las que no escapa la propia Iglesia (“los seres humanos somos impredecibles, capaces de actuar como ángeles y como bestias; y no importa que ese accionar se haga en nombre de Dios, de la razón, de la naturaleza humana, del orden, de la libertad y del progreso; todos llevamos dentro ‘la marca del pecado’, al decir de San Pablo, por lo cual conscientes e inconscientes, tenemos esa inclinación hacia la dominación, la voluntad de poder, el afán por la fama, el prestigio y el poseer; y estas actitudes muchas veces mantenemos como norma básica de vivir”), concluye con planteamientos muy concretos y directos.
Plantean los obispos la necesidad de participar, participar en política, en los movimientos sociales y comunitarios para mejorar. También reclaman la necesidad de establecer una ley de partidos, el manejo pulcro de los recursos del Estado, la defensa de la integridad territorial, los valores y símbolos patrios, la Constitución. Respetar las leyes, cuidar el medio ambiente y apostar al diálogo como el mejor instrumento para alcanzar el bienestar de los dominicanos.
Magnífica apuesta de la Iglesia Católica a propósito de la Independencia. l
