Casos luminosos ocurridos en nuestro país que merecen reconocimiento y admiración especiales.
Caso Eduardo Estrella-Aeropuerto Internacional de Puerto Plata
El ingeniero Eduardo Estrella, en ese momento secretario (ministro) de Estado de Obras Públicas, recibió un poder del entonces presidente de la República, Joaquín Balaguer, para que firmara el contrato de la remodelación y construcción del Aeropuerto Internacional de Puerto Plata con la firma francesa Spie Batignole por una cantidad específica.
Cuando este señor Secretario se dio cuenta del valor que decía el poder para ejecutar la obra, se asombró, consultó a dos honorables subsecretarios, Buenaventura García y Milton Ginebra (e.p.d.) y éstos después de analizar los valores presupuestados también se asombraron.
En ese momento el ingeniero Estrella habló con el doctor Balaguer y le expresó que la obra estaba muy sobrevaluada y que él no se responsabilizaba con contratar una obra con esos valores, luego, el Ing. Buenaventura García me llamó a mi casa y me dijo “ven inmediatamente a obras públicas, que el secretario va a conversar con el presidente Balaguer; efectivamente, cuando llegué la conversación telefónica estaba en pie y oí claramente cuando el doctor Balaguer le dijo: “entonces, usted se hace responsable de hacerlo con empresas dominicanas”. Y efectivamente, se hizo con empresas dominicanas, consorciando a Pedro Haché, Moya y Rodríguez Sandoval, con una supervisión de funcionarios de esa Secretaría de Estado.
La obra se ejecutó con el aeropuerto en funcionamiento en menor tiempo que la oferta francesa, con mayor cantidad de equipos, con un 40% menos y con una economía de 20 millones de dólares. Este es un ejemplo palpable de lo que se puede hacer en beneficio de nuestro país y en beneficio del sector de la construcción del mismo.
Caso Rafael Corominas (Fellito)-ciclón David y tormenta Federico
Otro ejemplo luminoso fue la ejecución de la reconstrucción nacional a raíz del paso del ciclón David y la tormenta Federico que dejó prácticamente destruidos todos los puentes del país, y por ende incomunicado el mismo. La actitud del secretario de Estado de Obras Públicas de ese momento, nuestro querido y admirado amigo, Rafael Corominas
(Fellito) tomó las siguientes medidas:
Contratar a uno de los maestros de la Ingeniería Estructural dominicana, el ingeniero Leonte Bernard, para que diseñara estructuras standard para todos los puentes en uno, dos y tres tramos, que todas las fundaciones fueran uniformes con pilotes metálicos “hincados”, que se llamaron a cotizar a “todas las empresas nacionales” todas las partes componentes de las estructuras y que se contrataran todos los puentes con el mínimo minimorum de cada una de las estructuras y así fue que se decidió la remodelación del país con estructuras standard y al mínimo minimorum. En ese momento no se pensó ni remotamente que la remodelación nacional no podría ser hecha sin la utilización total por las empresas nacionales, todas las especialistas en puentes.
En ningún momento se pensó en importar absolutamente a nadie, sino en pensar que la reconstrucción nacional se realizara por las empresas dominicanas.
Esos son dos casos de honorabilidad y patriotismo que permiten tanto al ingeniero Eduardo Estrella, como al ingeniero Rafael Corominas pasearse ufanos y con la frente en alto, muy en alto, por todo el territorio nacional ante la admiración y el aprecio de todos sus conciudadanos, sobretodo la clase profesional dominicana.
