Peligroso balneario

La muerte de cuatro jóvenes por ahogamiento en el balneario del río de Manoguayabo debería servir de gran advertencia a nuestra…

La muerte de cuatro jóvenes por ahogamiento en el balneario del río de Manoguayabo debería servir de gran advertencia a nuestra población joven sobre el grave peligro que representa este balneario para la preservación de sus vidas.

Se trata de uno de los balnearios más peligrosos existentes en toda la capital y el área del Distrito Nacional. En este lugar con gran frecuencia encuentran la muerte muchos pobladores, principalmente adolescentes y hasta niños de corta edad.

La peligrosidad de este río ha sido una constante permanente desde que tenemos uso de la razón; habiendo nosotros mismos corrido el riesgo de ahogamiento durante una peligrosa aventura de muchacho experimentada durante los años de adolescencia, cuando también fuimos arrastrados por la fuerte corriente de las aguas subterráneas que corren por el cauce subterráneo de este peligroso y caudaloso río. En aquella angustiosa ocasión llegó un momento en que, tras afanoso y desesperante esfuerzo por salvarnos, logramos hacer contacto con un objeto, presumiblemente un peñasco, que nos permitió dar un salto a la orilla del indicado afluente, salvando así milagrosamente la vida.

De esa amarga experiencia vivida por nosotros hace más de 50 años, desde entonces han sido incontables los casos trágicos vividos por otros muchos jóvenes que han perdido la vida o estado a punto de ahogarse en este peligroso balneario frecuentado principalmente por moradores del Distrito Nacional y Santo Domingo Oeste.

La zona más peligrosa de este río es, precisamente, la contigua a la parte baja por sobre la cual hace muchos años cruzaba un puente que unía la parte este con la oeste  del municipio Manoguayabo habitado por una gran población.

De los cuatro jóvenes que se ahogaron la semana pasada en este río, tres perecieron cuando en una valiente acción se lanzaron al agua tratando de rescatar a otro joven que la corriente se llevaba y que finalmente también falleció. Con esta última tragedia es tiempo ya de que el Ministerio de Salud Pública y demás organismos oficiales competentes se decidan intervenir en interés de preservar vidas.

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