Pelota y ciudad

Observar el apego y el sentido de pertenencia que tienen los fanáticos por su equipo de béisbol en la pelota dominicana es un elemento que enorgullece a todos.

Observar el apego y el sentido de pertenencia que tienen los fanáticos por su equipo de béisbol en la pelota dominicana es un elemento que enorgullece a todos.El deporte rey convoca y une a todos en los estadios ubicados en el Distrito Nacional y en otras cuatro provincias.

Se podría pensar que seguir al equipo de preferencia coloca al fanático como un amante de su ciudad. Los aguiluchos identificados con  Santiago,  liceístas y escogidistas amantes de la Capital, y lo propio hacen los seguidores de los Toros por La Romana, de las Estrellas por San Pedro y los Gigantes por San Francisco de Macorís.

Pero, ¿se traduce ese mismo fervor y cariño por nuestras ciudades en el día a día, en la cotidianidad? No, a la mayoría de la gente no le importa que las calles de su municipio estén limpias, arrojan basura  sin importar que ensucien su hábitat. Incluso no les importa respetar las frecuencias de recogida de los desechos que ejecutan sus ayuntamientos.

Ese mismo comportamiento es lo que ha generado que en muchas ciudades los muy limitados sistemas de aguas pluviales no funcionen, que se improvisen grandes vertederos de basuras en las vías y que las aceras estén ocupadas.

Lo mismo hacen los políticos. Van a los estadios a seguir a sus equipos, colocan sus publicidades en las transmisiones  de los juegos de pelota y abarrotan las paredes de los estadios con sus caras.

Todo eso, porque la atención de la gente está centrada en la competencia, generando importantes rating para las televisoras que la transmite.

Qué hacen los políticos con su ciudad, usan las calles y fachadas para promoverse en tiempo de campaña y luego se olvidan de limpiarlas. En muchos lugares aún permanece publicidad de candidatos de las elecciones del 2010 y de otras contiendas un poco más antigua.

Todo esto deja una enseñanza. La pelota debe ser el medio por excelencia para concientizar a los pobladores y los políticos de reconocer en las ciudades sus casas para tener una ciudad limpia. No importa si eres escogidista, liceísta, aguilucho, estrellita, de los Toros o los Gigantes. De la misma manera que quieres a tu equipo, con la misma intensidad hazlo por tu ciudad.

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