Percepción de autoridad y orden

Se hablaba de que la inseguridad es simple percepción. Ya pocos se atreven a invocar ese argumento. Ahora es inevitable que pensemos en la pérdida del principio de autoridad.Habría que ver cómo la población percibe el ejercicio de…

Se hablaba de que la inseguridad es simple percepción. Ya pocos se atreven a invocar ese argumento. Ahora es inevitable que pensemos en la pérdida del principio de autoridad.

Habría que ver cómo la población percibe el ejercicio de la autoridad, la presencia y actuación de la autoridad como garante del orden y la paz.

¿Sienten las personas que estamos gobernados por autoridades verdaderamente garantes de la ley y el orden?

Esa pregunta hace tiempo que debían hacerse quienes ejercen el poder. Y si mirásemos hacia atrás, igual debieron hacérsela otros.

¿Sentimos en las calles, en el vecindario, eso que se llama autoridad, a la cual se puede acudir en auxilio, o que sin hacerlo está presta a colaborar?

Probablemente encontraremos como respuesta un no rotundo. Se ha disminuido demasiado la percepción de “autoridad”, concretamente, su representación en los “hombres de gris”.

La presencia de un hombre de gris no equivale a seguridad. A veces se teme y se duda del lado en que puede estar.

Fuerte, ¿verdad? Pero esa es la realidad. Hemos llegado a niveles en que las personas no se sienten acompañadas por quienes son la expresión concreta de la ley, el orden, la seguridad, la paz.

Todo lo que hemos dicho nos obliga a pensar en ese agente. Pero es más que eso.

La percepción del ejercicio de la autoridad en la República Dominicana se ha deteriorado gravemente. Y ese deterioro se ha extendido a todos los niveles.

Y no es que se prefiera un régimen de autoritarismo, que a veces rebrota, sino de un estado donde prevalezca el imperio de la ley y el orden garantizado por autoridades calificadas, desde el simple agente de la calle y su jefatura, hasta los jefes a cargo de la política criminal del Estado.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas