En estos últimos días, motivado por la situación interna del PRSC, mediáticamente le han lanzado varios dardos a un político de esa parcela “metido a banquero”. Comenté ayer la situación con la figura reformista que esas insinuaciones dibujan, y con su buen humor de siempre respondió a esas críticas con esta granada: “Político metido a banquero pero no hombre metido a mujer”. ¡Aaayyy mamacita!…
Papo López
A propósito de mi comentario de la víspera sobre las confrontaciones a lo interno de los grandes partidos y mi cita del ejemplo de lo que acontece en el PRD de Santo Domingo Norte, tempranito ayer me escribió Julio González por email en los siguientes términos: “en relación a su columna de la fecha, segundo bloque (último párrafo) debo comentarle (y quizás aclararle) que el distinguido compañero don Papo López está muy apacible, retirado, en la tranquilidad de su hogar, junto a su honorable esposa Ady.
Quien se mantiene en la palestra política, activo, es su hijo José Manuel López Gutiérrez, regidor del ASDN. De hecho, la batuta a la que usted hace referencia hace tiempo está en manos del alcalde”. A mi entrañable amigo Papo López, ícono histórico del PRD en Villa Mella, que le llegue la reiteración de mi amistad, respeto y consideración…
Otro email
Recibí otro email-denuncia que reproduzco a continuación, con la única intención de dar oportunidad a que mis lectores se expresen.
El mensaje dice así: “Los empleados de la Lotería Nacional estamos pasando el Niágara en bicicletas por la tardanza en los pagos, y se nos da como excusa que la nómina está en el Ministerio de Hacienda y que quien debe pagar es Hacienda, como si no supiéramos que la institución tiene a su disposición cientos de millones de pesos en varias cuentas que podría utilizar para pagarnos hasta que puedan solucionar el impasse con el ministerio.
Mientras, es un secreto a voces que la administración remitió varios libramientos (solicitudes de pago) a la Contraloría para saldar cuentas de suministros y compras de jeepetas, pedidos que se acercan a los doscientos millones de pesos. ¿Y entonces?”. No agrego ni quito nada…
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