Políticos de pirita mercadeados como calcopirita y oro

Una de las tareas más difíciles entre los estudiantes de geología que toman primeras lecciones de mineralogía, es distinguir entre la pirita (FeS2) y la calcopirita (CuFeS2), pues ambos sulfuros de hierro en principio lucen casi iguales de amarillos&#

Una de las tareas más difíciles entre los estudiantes de geología que toman primeras lecciones de mineralogía, es distinguir entre la pirita (FeS2) y la calcopirita (CuFeS2), pues ambos sulfuros de hierro en principio lucen casi iguales de amarillos ante los ojos de quienes no estén familiarizados con ellos, y es muy fácil confundirles si no se tiene suficiente experiencia en su reconocimiento visual, y peor aún, la mayoría desconoce para qué sirven y cuál es el verdadero valor de cada uno de esos sulfuros, pues mientras la pirita es fuente de contaminación ambiental natural por oxidación superficial, y subsuperficial, que libera azufre y en presencia de agua (H2O) se convierte en ácido sulfúrico (H2SO4) que daña las aguas circundantes, la calcopirita es fuente del cobre que nos ha permitido los cables para la expansión de los servicios eléctricos, entre muchísimos otros usos de este metal que marcó una etapa importante del desarrollo de la humanidad, conocida como la edad del cobre.

Así pasa con muchos políticos, donde por tener casi el mismo color y la misma base sulfurosa, usted no sabe si se parecen más a la pirita o a la calcopirita, es decir, a veces usted no sabe si son contaminadores naturales del medio ambiente de la ciudad o si son aportadores al desarrollo de la sociedad, y para demostrarlo sólo basta leer la prensa nacional e internacional, donde cada día los escándalos por corrupción son mayores y los aportes de los políticos al desarrollo de su país son cada día menores.

Cada día son más y más los que sin saber nada de nada se enganchan a la política, simplemente porque han visto a muchos otros que surgieron de la nada, llegaron a la política sin nada, y salieron cargando con todo y sin dejar nada, pues lo que no pudieron sacar ellos, lo sacaron a través de socios y de  familiares y amigos, y hoy son ricos y poderosos políticos, tan contaminadores como la pirita, algunos con más bienes que casi todas las familias ricas cuyas riquezas crecieron, a la vista de todos, sobre el trabajo, el comercio o la sana inversión.

Por ello hay que tener mucho cuidado cuando los mercadólogos nos presentan a sus políticos de pirita, pues así como donde hay pirita en presencia de agua hay contaminación ambiental natural por corrosión de la pirita, así mismo donde hay políticos de pirita en presencia de dinero público hay corrupción por ambición, tentación, sustracción, e indiferencia de los gobernantes, de la justicia y de la propia nación.

Pero hay algo peor, y es que la pirita es tan abundante y su color amarillo metálico es tan parecido al oro, que muchas veces los geólogos sufrimos grandes frustraciones cuando líderes comunitarios nos convocan urgentemente para visitar y analizar lo que ellos dicen ser el descubrimiento de una gran mina de oro, y al llegar y evaluar, tenemos que decepcionar, y decir a la comunidad que eso no es oro, sino pirita, la cual no tiene ningún valor comercial, y por ello desde la antigüedad la pirita ha recibido el nombre alternativo de “oro de tontos”.

Y eso mismo nos pasa con muchos políticos, que al escucharles hablar son tan parecidos al oro que los líderes comunitarios los compran por el altísimo valor que dicen tener, y luego de ver la pésima administración y la gran sustracción de los dineros públicos, hay tremenda frustración en la población al ver que esos políticos no eran de oro sino de pirita, y que la sociedad compró oro de tontos y ahora todos se sienten como tontos.

Los políticos de pirita son cada día más abundantes, y cada día los menos osados de ellos se esfuerzan en aparentar ser calcopirita para venderse frente al poder por el valor del cobre que dicen tener, pero los más atrevidos dicen ser el oro proveniente de las minas del rey Salomón, y con ese terrible engaño han estado frustrando a la nación, al extremo que hoy nadie sabe quién es quién, ni dónde está el verdadero tesoro, porque casi a todos se nos olvidó que en la política, como en la mineralogía, no todo lo amarillo que brilla es oro. l

Es muy fácil confundirles si no se tiene suficiente experiencia en su reconocimiento visual, y peor aún, la mayoría desconoce para qué sirven y cuál es el verdadero valor de cada uno de esos sulfuros”

Así pasa con muchos políticos, donde por tener casi el mismo color y la misma base sulfurosa, usted no sabe si se parecen más a la pirita o a la calcopirita…”

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