Por un voto responsable

La llegada del nuevo año despierta siempre muchas expectativas en la población. En mayo de 2016, los dominicanos tendremos otra oportunidad de ejercer el sufragio y modificar o mantener el rumbo de los poderes del Estado, como el Ejecutivo, el Congreso&

La llegada del nuevo año despierta siempre muchas expectativas en la población. En mayo de 2016, los dominicanos tendremos otra oportunidad de ejercer el sufragio y modificar o mantener el rumbo de los poderes del Estado, como el Ejecutivo, el Congreso y los gobiernos municipales. Debido a la pobreza existente y a la presencia brutal del Estado en la vida de los individuos, cada proceso electoral trae consigo fanáticas adhesiones, derroches de recursos y fantásticas promesas que nunca se cumplen.
El derecho al voto es una de las muchas ventajas que los sistemas democráticos tienen sobre las demás formas de gobierno. Ejerciéndolo, los ciudadanos pueden decidir quién los gobierna y exigir el respeto de sus derechos constitucionales. En los ya lejanos años sesenta, su presencia ante los centros de votación se hacía indispensable al fortalecimiento de las nacientes instituciones democráticas, luego de extensos períodos de dictadura e inestabilidad política y social.
Pero de la misma manera en que maduran las instituciones, la mayoría de las cuales están aún verdes entre nosotros, se torna más necesario que los ciudadanos ejerzan ese derecho con plena conciencia de lo que hacen. Votar por votar le hace más daño que la abstención a una democracia en proceso de maduración como la nuestra.
Por lo demás, bajo determinadas circunstancias, la abstención es una forma consciente de expresar inconformidad por la práctica de los partidos de escoger candidatos que no reúnen condiciones, morales e intelectuales, para ser honrados con una elección popular. Y como bajo el sistema de votación nacional no existe el voto de protesta, siempre queda la oportunidad de uno quedarse en casa.
Como en  la tradición constitucional el voto más que un deber o una obligación es un derecho, nadie puede ser forzado a ejercer lo que le pertenece. La abstención puede ser un arma para enderezar el rumbo que le han impuesto al país. l

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