La reapertura de León Gas, la planta que la madrugada del 4 de junio de 2009 explotó causando terror, quemaduras a familias completas y daños millonarios a propiedades, inquieta a los comunitarios.
La envasadora, ubicada en la autopista San Isidro, Santo Domingo Este, está despachando GLP desde hace dos semanas, y según los lugareños su acondicionamiento y reapertura se hizo de manera clandestina, pues cuando se dieron cuenta, ya estaba operando.
“No sabemos cómo consiguieron el permiso para abrir de nuevo, porque cuando ocurrió la tragedia, las autoridades que tienen que ver con esto nos prometieron que esa planta no volvería a operar en este lugar”, comentó uno de los residentes de la urbanización Maraví, ubicada justo detrás de la planta de gas, donde la explosión causó daños físicos y materiales más grave. Otros sectores afectados fueron La Moneda, Amalia y Nancy Nadesha. Quienes protestan contra la apertura de la envasadora se niegan a dar sus nombres y no quieren que los vean hablar con periodistas, pues temen que su propietario, a quien identifican como Pablo Velásquez Taveras, el excoronel de la Fuerza Aérea condenado a 20 años de cárcel y luego descargado de culpa por la muerte del mayor José Manuel Herrán Mancebo, arremeta contra ellos y sus familiares.
“Prefiero mudarme antes de denunciar que nos oponemos a que esa planta vuelva a abrir”, expresó una madre de cuatro niños, quien narró lo que significó para ella y su familia aquella noche infernal, cuando se vieron obligados a correr entre los matorrales, casi desnudos, para salvar sus vidas. Con pesar, afirma que aún tiene cicatrices en sus brazos y espalda que le revive constantemente el momento de la explosión. Testimonios como estos son similares en cada hogar de ese vecindario y piden la intervención de las autoridades por el bien de su seguridad y la salud.
Envasadora no cumplía con normas establecidas
Las investigaciones que realizó la supervisora de las plantas de gas del país, adscrita al cuerpo de Bomberos, luego del suceso determinó que la envasadora que explotó en San Isidro no cumplía con las normas establecidas para ese tipo de instalación. Detrás, al lado y al frente de la planta hay residenciales y comercios, lo que viola las reglas establecidas.
