Presupuestos equilibrados: lo que el viento se llevó

La práctica de elaborar presupuestos públicos equilibrados o con algún indicio de sobrantes (superávit), desapareció del escenario fiscal dominicano desde hace casi una década.

La práctica de elaborar presupuestos públicos equilibrados o con algún indicio de sobrantes (superávit), desapareció del escenario fiscal dominicano desde hace casi una década.Si los déficits fiscales fueran clasificados como faltas religiosas, los nueve proyectos de presupuestos que han sido diseñados a partir del año 2008 tendrían la categoría de “con pecado original concebido”.

Desde el año 2008, los presupuestos que han manejado los diferentes gobiernos han sido elaborados y aprobados con menor cantidad de ingresos proyectada que gastos anticipados.

En los nueve casos que se han presentado, incluyendo el proyecto para el 2016 que cursa en el Congreso, la cuantía del déficit fiscal ha rondado el equivalente a 3% del producto interno bruto (PIB).

Esos niveles de déficit fueron incluso acordados con el Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo con el cual el país mantuvo, del 2005 hasta el 2012, dos acuerdos tipo stand by, el último de los cuales cesó faltando el último tramo de desembolsos por ejecutar.

En el 2012, precisamente, el país incurrió en el mayor déficit fiscal de la historia presupuestal dominicana, por alrededor de un 8% del PIB y un monto de RD$154,000 millones.

Fuera de programación

Desde el 2008 y hasta el 2012, la modalidad de aprobar presupuestos con ingresos estimados por debajo de los gastos proyectados, tuvo resultados negativos mayores a los proyectados. Los presupuestos elaborados a partir del 1990, año que registra el mayor proceso inflacionario de la economía dominicana, superior incluso al del 2003, fueron equilibrados, y en una ocasión se diseñó una propuesta con superávit o sobrante. En los presupuestos expresamente formulados con déficit, al final los ejercicios resultaban con desbalances mayores, con mayor magnitud en el año 2012, cuando se produjo el histórico desequilibrio de las finanzas públicas en términos relativos y absolutos.

Desde el 2013 hasta la propuesta del próximo año, las propuestas presupuestarias han retornado al nivel de los acuerdos con el FMI, de 2.8% del PIB hacia abajo. Hasta la fecha, las ejecuciones presupuestarias han sido exitosas en materia de control del déficit, pues los niveles de desequilibrios programados han sido inferiores a los topes propuestos y aprobados.

En el primer año de control del déficit, la restricción fue tan grande que afectó el nivel de inversiones públicas y ralentizó la economía, obligando al Gobierno a soltar un poco los gastos públicos a partir del segundo semestre del 2013.
Por esa restricción, la economía cayó en un letargo, en un estancamiento que obligó al sector privado a demandar del Gobierno medidas reactivadoras a través de la inversión pública. Intervino también el Banco Central y la Junta Monetaria, aplicando una política monetaria proactiva, liberando recursos del encaje legal para activar el crédito.

Tendencia consistente desde el año 2008

La tendencia a diseñar presupuestos con déficit de origen arrancó en el 2008, cuando se previó que los ingresos quedarían por debajo de los gastos en RD$10,167 millones, al año siguiente el faltante consentido fue de RD$30,846 millones y para el 2010 subió a RD$47,828.4 millones, para bajar a RD$33,524.9 millones en el 2011. Para el 2012 se previó un déficit de RD$22,443.7 millones, pero se ejecutó un monto de RD$154,000 millones. Para el 2013 se contempló un faltante de RD$70,301 millones, RD$77,709 millones en el 2014 y para el año en curso RD$73,000.

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